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Esta sopa de hinojos asados llega, eficiente, a combatir los últimos fríos del invierno. Desde el otoño hasta comienzos de primavera el hinojo, bien llamado bulbo, se exhibe blanco y henchido –con o privado de su melena fina y despeinada– en las verdulerías. Cuesta acercarse y comprarlo, créame que lo entiendo. Sin embargo, yo, que me considero sólo fanática de mis dos grandes pasiones, cocinar y escribir, le confío una estima rigurosa hacia esta particular hortaliza que conocí y aprendí a trabajar hace apenas unos años.
Dulce, versátil, crocante, anisada, humilde y noble. Qué más para un tallo que crece bajo tierra y aflora de una blancura tal como si después de haberse dado un baño. Es duro, lo sé, y hay ciertas verduras como la remolacha o también la batata, por ejemplo, que frenan cualquier ligera intención de subirla a nuestro carrito de compras, menos aún de pagar por ella y definitivamente inimaginable enfrentarla en nuestra cocina. No se deje acobardar por las apariencias. El hinojo, con un buen cuchillo y casi nada de esfuerzo, puede ser su mejor amigo para salir del paso o, si quiere, lucirse ante los suyos.
El hinojo es oriundo del Mediterráneo y el sudoeste asiático. Tiene pedúnculos fibrosos, hojas plumosas y tiernas y una de sus variedades dulces desarrolla, además, el bulbo que utilizamos como verdura. De fuerte sabor anisado y una evidente nota cítrica, es delicioso sea crudo, en rodajas finas y crujientes, servido como base de ensaladas o salsas crudas para pescados, aves o cereales; sea cocinado, asado al horno o a la parrilla, caramelizado, salteado, etc.
Para dominar el misterio que usted, hasta hoy, considera que encierra el poco afamado hinojo, lávelo, en primer lugar, bajo un chorro de agua fría frotándolo con las manos. Luego descarte los pedúnculos que, aunque fibrosos e imposibles de masticar, traen consigo las hojas que separaremos para decorar el plato y añadirle más sabor (todo responde a un por qué). Coloque las hojas sobre papel de cocina y séquelas. Tome el cuchillo que le quede más cómodo y corte el hinojo verticalmente del tamaño que desee de acuerdo a la receta que planea elaborar. En principio, muy finas si lo comerá crudo, y no tanto si piensa cocinarlo para evitar que se queme. Es una verdura firme, sí, pero muy delicada.
Utilizada como hierba medicinal desde tiempos ancestrales, el hinojo contiene importantes propiedades alimenticias. Es un potente antimicrobiano, es diurético y digestivo (excelente como desinflamatorio intestinal), contiene vitaminas y minerales como el fósforo, potasio, hierro, magnesio y calcio. Regula la función hepática, etc.
Me promete ahora incluirlo en su lista de compras? Anímese con esta preparación. Y después me cuenta, sí?
Sopa de hinojos y puerros asados
Ingredientes: (para 4 personas)
3 hinojos grandes
3 puerros medianos
sal marina c/n
aceite de oliva c/n
½ litro de agua
1 cda. de jugo de limón
Preparación:
Lavar, desechar los pedúnculos y cortar los hinojos en forma vertical. Lavar los puerros y hacerles un corte también vertical por la mitad (descarte casi toda la parte verde, puede utilizarla luego en sofritos, sobre pescados al horno, etc).
Colocar los hinojos y los puerros ya rebanados en una asadera previamente untada con aceite de oliva. Condimentar con un poco más de aceite de oliva por encima de los vegetales y sal marina a gusto. Cocinar a horno fuerte durante 6-8 minutos por cada lado, cuidando que no se quemen.
Retirar del horno, y procesar o licuar las verduras junto con el agua; agregue el agua de a poco y según la consistencia que desea lograr (más densa o menos densa).
Lleve a fuego durante unos pocos minutos para amalgamar bien los sabores, con 2 hojas de laurel, el jugo de limón y rectifique sal si fuera necesario.
Servir con algún ingrediente crujiente, en este caso utilicé las semillas de girasol picantes cuya receta le recuerdo aquí. Finalizar con hojitas de hinojo, pimienta recién molida y unas gotas de aceite de oliva extra virgen.
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)