Letras | Cocina
Mi madre prepara el pan dulce todos los años, y no sólo para estas fiestas, lo hace cualquier otro día, aunque no haya para festejar más que las ganas de meterse en la cocina a esperar el trabajo lento de la levadura y después, claro, la embriaguez final de comerlo como postre, merienda o antídoto infalible para las tristezas.
De siempre homenajeo a mi madre, pero desde que mi querida Eli, la madre de mi mejor amiga, se nos ha ido hace poco quién sabe a qué mejor mundo, me apura el miedo de perder la mía, me anda pisando los talones y arrancándome alguna lágrima por la que se fue y por la que aún nos queda, quiera Dios que el tiempo que ella elija seguir acompañándonos.
Mi madre prepara el pan dulce con levadura fresca, frutas abrillantadas, esencias y todo lo necesario. El pan dulce con forma de panettone. En cambio, hoy, elegí una variante, igualmente rica, húmeda y fácil de servir pues su altura, como es el caso del panettone, no implicará un posible derrumbe del pan dulce o de partes de la porción cuando tome contacto con el cuchillo, o tampoco la pérdida de algunas de sus frutas que, a menos que la confianza sea mucha con aquel que se siente al lado, no sabremos si recogerlas o si dejarlas ahí, y en todo caso, ahogaremos infelizmente el antojo de presionarlas con los dedos y llevarlas a la boca en un bocado que para mí representa el motivo principal por el cual me acerco al pan dulce. Un bocado malogrado. Una pena evitable.
El pan dulce de mi mamá lo comeré en su casa. Hoy, como dijimos, compartiré con usted la receta de este budín y si me permite, dos o tres nostalgias que me vienen cerrando el buen ánimo y el aliento si no les pongo un poco de orden.
Mi querida Elisa, para Navidad, preparaba el rompón, una bebida alcohólica típica chilena que lleva como ingredientes leche, huevos y agua ardiente, característica de la Región de los Lagos, al sur de Chile, donde habitaba. Y además, con “don Fredy”, así llamo yo a su marido, quien anda con ganas de unírsele como si acá no le sobrara el cariño, (tendré que arreglar cuentas con él algún día…) cocinaban las galletas navideñas con cardamomo, canela y clavos de olor. Puedo abrir aquel frasco de galletas con los ojos cerrados y aspirar el disparo punzante del perfume de las especias. Elisa cocinaba poco, pero lo hacía con gran organización, siguiendo un método y sin amilanarse hasta salir airosa y con resultado elogiable, como enfrentó y llevó a buen fin cada encargo (hasta el último de despedirse) que le entregó la vida o que buscó sola porque no podía estarse quieta.
Homenajeamos, si le parece, a las madres, a las que no están y a las que siguen leudando panes dulces o caminando algún vericueto de los tantos que prefieren andar para que los hijos encuentren luego un destino más bondadoso.
Feliz Navidad! Para usted y su familia, para su madre, presente o no, feliz Navidad para todos!
Budín de Navidad
Ingredientes:
150 ml de aceite de oliva extra virgen
200 grs de azúcar orgánico
50 grs de miel
3 huevos
Ralladura de un limón y una naranja
1 cdta. de extracto de vainilla
200 grs de harina integral
150 grs de harina de arroz integral
2 cdtas. de polvo de hornear
1 pizca de sal
2 cdas. de Cognac o de algún licor que tenga en casa
100 grs de fruta abrillantada picada
100 grs de nueces picadas groseramente
100 grs de almendras picadas groseramente
100 grs de pasas de uva
Preparación:
Batir enérgicamente el aceite de oliva con el azúcar orgánico y la miel. Agregar los huevos enteros de a uno por vez, perfumar con las ralladuras del limón y la naranja y el extracto de vainilla. Mezclar las harinas con el polvo de hornear y la sal y añadir intercalando con el coñac. Si hiciera falta agregar un poco de leche.
Unir todas las frutas con una cucharada de harina integral para que durante la cocción permanezcan distribuidas uniformemente en la masa. Incorporar a la mezcla anterior las frutas revolviendo con movimientos suaves. Verter en un molde de budín inglés previamente embebido en aceite de oliva y estacionado unos minutos en el freezer.
Cocinar durante 50 a 60 minutos a fuego moderado o hasta que al insertar un palillo en su interior lo retiremos limpio.
Dejar enfriar por 5 a 10 minutos y desmoldar. Decorarlo con una reducción de mermelada de frutos rojos. Para ello diluir 2 cucharadas de mermelada con 2 de agua y 1 de miel a fuego lento. Perfumar la reducción con unas gotas de jugo de limón y esparcir sobre el budín. Decorar con las frutas de su preferencia.
Ingredientes:
1 litro de leche
2 yemas de huevo
2 cdtas. de extracto de vainilla o las semillas de una vaina
1 palito de canela en rama
100 grs de azúcar orgánico
aguardiente: la cantidad que desee
Hervir la leche con la vainilla, el azúcar y la canela. Cuando alcanza punto de ebullición retirarla del fuego.
Batir las yemas y agregarlas a la leche, cuidando de que no se corten. Para ello vertemos un poco de la leche sobre las yemas, revolvemos bien y luego las añadimos al resto de la leche.
Volver la mezcla al fuego y batir hasta que comience a espesar. Dejar enfriar y por último agregar el aguardiente.
Envasar en una botella de vidrio y reservar en la heladera hasta el momento de servir. Debe estar bien frío.
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)