Pasta sin gluten: vermicelli de poroto mung, aceite de albahaca, tomates asados, alcaparras, piñones, queso feta

Pasta sin gluten: vermicelli de poroto mung, aceite de albahaca, tomates asados, alcaparras, piñones, queso feta

Letras | Cocina

Podría decirse, por su color, que estas pastas contienen espinacas, sin embargo, son casi transparentes, y están hechas de porotos mung.

Conocidos como fideos chinos, o fideos de vidrio, o fideos de celofán, por su aspecto brillante y casi translúcido una vez hidratados en agua tibia, estos fideos apodados “vermicelli” como la pasta italiana que lleva este nombre, están hechos, a diferencia de aquella, con la harina obtenida del poroto mung. Los conoce?

El poroto mung es una legumbre, originaria de la India, versátil, digestiva, de suave y rico sabor y una opción óptima para incluir con regularidad en una dieta equilibrada y plena de beneficios. Posee un alto contenido proteico, antioxidantes como magnesio, fósforo y vitaminas A y C, es baja en grasas y permite disminuir la anemia gracias al hierro y acido fólico que aporta. Como dije antes, se digiere fácilmente, sin recargar el sistema digestivo, revirtiendo la sensación de cansancio que sufrimos la mayoría. Y si faltara alguna virtud, también tonifica el hígado y desintoxica el organismo. Innumerables son las razones para que se atreva con esta legumbre.

Se la presento en forma de fideo, pues si hay un plato universalmente aceptado, con seguridad es uno abundante de pasta, elaborado y servido con salsas diversas, jugoso, apetitoso, que estimula y sacia a la vez.
La albahaca le conferirá su tono verde y su sabor pungente y completamente fresco, los tomates asados la dulzura típica de una salsa de tomate, las alcaparras su astringencia, la nota crocante los piñones, y el queso feta el final feliz, intenso, decidido, un queso de sabor enérgico que imprimirá un estilo único y cremoso al conjunto.

Se anima a probarlo? Es tan fácil de preparar que podría no llevar receta, pero igual la escribo por si le sirve de guía.

Pasta sin gluten: vermicelli de poroto mung, aceite de albahaca, tomates asados, alcaparras, piñones, queso feta
Los vermicelli de poroto mung se consiguen en mercados chinos y en algunas dietéticas. Las etiquetas están escritas en chino, así que pregunte al vendedor para asegurarse de llevar el paquete correcto. Vienen presentados en madejas, cada una de ellas corresponde a una porción.

Ingredientes: (para 2 personas)
2 madejas de vermicelli de poroto mung
1 kg de tomates perita
1 manojo de albahaca
aceite de oliva c/n
sal marina y pimienta c/n a gusto
1 cda. de jugo de limón exprimido
2 cdas. de alcaparras
2 cdas. de piñones tostados
queso feta c/n a gusto

Preparación:
Calentar agua en una tetera. Colocar los vermicelli en una cacerola y verter sobre ellos el agua tibia-caliente. Dejar en remojo por 5 minutos o hasta que se vuelvan transparentes. Colar y reservar los fideos en la misma cacerola.

Cortar los tomates en gajos, quitar las semillas y llevarlos a horno en una asadera con apenas aceite de oliva. Cocinar de ambos lados a fuego fuerte. Retirar y reservar.

Para el aceite de albahaca:
Procesar las hojas de albahaca con el jugo de limón y el aceite de oliva. La densidad de la salsa dependerá de su gusto, si prefiere una consistencia más ligera agregue más aceite. Condimentar con sal y pimienta.

Calentar los fideos con el aceite de albahaca y los tomates asados. A último momento añadir las alcaparras, los piñones y el queso feta desmenuzado. Y a disfrutar!!

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

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Un plato saludable, delicioso y además, para mi gran fortuna, fotogénico. Qué otra cosa podemos pedirle?

El poke bowl es un plato de moda, convertido en tendencia rápidamente a partir del año pasado, cuando comenzó a expandirse en Estados Unidos desde su país de origen, Hawai. Para los hawaianos, el poke bowl no constituye una moda ni tampoco tendencia, más bien un plato básico que han preparado durante siglos.

Esencialmente es una propuesta ligera: atún crudo cortado en trozos y condimentado con sal marina, chile, algas y una pasta llamada inamona hecha con una nuez local, el kukui. Nada más. Pero el ingenio o la dificultad –en muchos casos– para hallar pescado fresco o algas o el aceite han llevado este plato a mostrar numerosas y variadas versiones, desde bowls con pollo, mariscos o carne hasta alternativas vegetarianas y veganas, por lo general servidas sobre una base de arroz o algún otro cereal cocido.

La opción de cocinayletras contempla el trigo sarraceno, recuerda que lo usamos anteriormente para preparar un desayuno? Si relee dicha publicación podrá conocer más sobre este antiquísimo pseudo-cereal. Aquí le dejo el link Desayuno RAW: trigo sarraceno y nuez pecan. Gluten free!

Para aprovechar las propiedades infinitas de este “superalimento” nuestro poke bowl de hoy será una base verde de brócoli y sarraceno, más ensaladas crujientes para morder y sacarse las ganas y dos o tres sabores extra que harán de este plato una verdadera delicia. Sin siquiera notarlo, llegará al fondo del bowl en menos tiempo del que supone…

En Estados Unidos se multiplican diariamente los restaurantes que ofrecen poke bowl. Llamados también pokerías, suelen basarse –en la actualidad– en el concepto de “hazlo tú mismo”, que permite escoger al cliente de qué manera y con qué alimentos prefiere armar su bowl. Perfecto para comer sano, rico y a buen precio.

Vamos directo a la receta!

Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

Ingredientes:
200 grs de trigo sarraceno
agua de cocción c/n
1 brócoli pequeña
aceite de oliva c/n
sal marina c/n
cáscara rallada de 1 limón
2 cebollas moradas medianas

 Para la ensalada crujiente:
repollo picado
zanahoria rallada
tomates cherry
tomates secos hidratados en oliva
pepino cortado en finas rodajas
1 palta cortada en cubitos

 Para la emulsión de oliva picante:
1 cda. de aceto balsámico
2 cdas. de aceite de oliva
½ cdta. de sal marina
¼ cdta. de ají molido
unas gotas de jugo de limón

Preparación:
Colocar en un recipiente el trigo sarraceno, cubrir con agua y dejar en remojo durante la noche anterior. Al día siguiente, colar y enjuagar. Llevar agua a ebullición en una cacerola y agregar el trigo sarraceno. Cocinar a fuego moderado durante 5 minutos. Colar nuevamente y reservar.

Separar las puntas de las flores de la brócoli con ayuda de un cuchillo. El resto de la brócoli la usamos para ensaladas, rellenos de tartas, fritatas, etc. NO SE TIRA!

Mezclar el trigo sarraceno cocido con las flores de brócoli, condimentar con sal marina, la cáscara rallada del limón y abundante aceite de oliva. Cortar en rodajas finas la cebolla morada y llevar a horno fuerte, en la misma asadera, junto al trigo y la brócoli para aprovechar el horno.

Cocinar hasta que las cebollas estén doradas por ambos lados. Retirar del horno y servir con la ensalada y la emulsión de oliva picante.

Para la ensalada crujiente:
Rallar y picar los vegetales. Puede usar los vegetales que más le gusten y condimentarlos con una vinagreta de aceite de oliva, jugo de limón o vinagre de manzana y sal marina.

Para la emulsión de oliva picante:
Mezclar el aceto balsámico, el jugo de limón y la sal marina. Revolver hasta disolver la sal. Agregar el aceite de oliva, revolviendo siempre, y por último el ají molido picante. 

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Panna cotta de enebro y caramelo

Panna cotta de enebro y caramelo

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La panna cotta es un postre fácil de preparar y rico. A esta versión le añadimos enebro, salsa de caramelo líquido y algunas avellanas confitadas. Delicia!

El postre es una tregua suave que nos separa del resto de la comida… y del mundo. Es un paréntesis, una merecida cuota de dulzura que nos compone hasta el humor, nos relaja y nutre, nos alegra.

Hace poco regresé del mar. El mar y el postre, cuánto se parecen! En verdad, el mar es un postre que nos ofrece una tregua ancha para bajarnos del mundo, como decía una amiga mía en medio de cualquier agobio.

A mí denme postre y denme mar! Siempre. Que de agobios sabemos bastante, y entenderlos se vuelve muy confuso en la vorágine de situaciones por resolver que no admiten tiempo para argumentos ni distracciones.

La panna cotta es un postre hermoso, ligero y flexible. De origen italiano, dicen algunas historias, del Piamonte que vio nacer a mis ancestros. Hoy la presentamos con un sabor distinto, con ayuda del enebro y su aporte esencialmente amargo, luego cítrico y al final dulce, con cierta nota balsámica (o a cacao amargo, como apuntó un amigo y leal catador de mis recetas).

El enebro es la baya de un árbol presente en casi todo el hemisferio norte. Es el ingrediente principal de la ginebra y participa también en la elaboración de otras bebidas alcohólicas. Se utiliza en cocina para adobar carnes y guisos en general. Las bayas de enebro, conocidas como enebrinas, tienen un aroma a resina, de color púrpura oscuro y un sabor amargo con matices dulces, cítricos y resinosos. Las encontramos ya disecadas, en dietéticas o tiendas de repostería.

Y por qué no darles uso en un postre?
Aquí vamos en con esta receta distinta, que primero habrá que animarse a probar para luego, entonces, emitir un juicio.
Espero sus comentarios…

Panna cotta de enebro y caramelo

Ingredientes:
1 litro de leche (idealmente de cabra o vegetal)
4 bayas de enebro disecadas
2 cdtas. de extracto de vainilla
150 grs. de azúcar orgánico
28 grs de gelatina sin sabor
100 ml de agua tibia

Para la salsa de caramelo líquido:
100 grs de azúcar orgánico
agua c/n
Para las avellanas confitadas:
100 grs de avellanas
100 grs de azúcar orgánico
2-3 cucharadas de agua

Preparación:
Untar los moldes con aceite vegetal, idealmente de coco. Esto facilitará el proceso al momento de desmoldar la panna cotta.

Disolver la gelatina en el agua tibia. Reservar.

Llevar a fuego moderado en una cacerola la leche, las bayas de enebro machacadas y el extracto de vainilla.

Mientras la leche se calienta, realizar un caramelo con el azúcar orgánico y apenas un chorrito de agua. Cocinar hasta que tome un color dorado.

En este punto y con mucho cuidado, verter la leche caliente (previamente colada para descartar las bayas de enebro) sobre el caramelo y revolver hasta que se disuelvan los grumos que pudieran formarse.

Por último, incorporar la gelatina y mezclando bien hasta amalgamarla con la preparación.
Verter en moldes individuales y llevar a la heladera. Endurecen en 1-2 horas.

Para la salsa de caramelo:
Llevar a fuego moderado-bajo el azúcar orgánico hasta que tome color caramelo. Agregar agua hirviendo y revolver hasta disolver los grumos. La cantidad de agua depende de la densidad que se desea en la salsa. Para 100 grs de azúcar corresponden aproximadamente 80-100 ml de agua. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Para las avellanas confitadas:
Pinchar las avellanas por su parte plana, dejando la punta hacia abajo. Preparar un caramelo con el azúcar orgánico y el agua. Cocinar hasta que tome color dorado.
Retirar del fuego y llevar a baño de María inverso, es decir, con agua fría y cubos de hielo para detener la cocción. Tomar las avellanas por el palillo y pasarlas por el caramelo. Dejar solidificar y retirar el palillo.

Desmoldar la panna cotta poco tiempo antes de servirla. Acompañar con la salsa de caramelo y algunas avellanas confitadas.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

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El laurel, con su magnífico perfume, hechiza cotidianamente nuestros guisos y carnes, sopas, salsas, sofritos. Hoy se mete en una torta y, estoy segura, va a dar que hablar!

Mi madre, en su casa de San Jorge, en la provincia de Santa Fe, cultiva un laurel robusto y de hojas firmes y muy aromáticas. Cuando la visito, regreso con una pila de las mejores hojas que ella elige, lava y deshoja con dedicación extrema, propia de madres y muy habitual en la mía. Mi madre es tan querible como obligatorio no agradecer el privilegio de recibir su cariño en baldes. Tamaña bendición que me ha tocado…

En el post anterior sobre el laurel (lo invito a releerlo) Hojas de laurel: regalos de mi madre, propuse algunos usos para estas hojas carnosas y entre ellos la opción diferente y sugestiva de una preparación dulce. Y aquí estamos, con una torta fácil, sana y con aroma a laurel cuya receta es una fórmula inequívoca. Mi madre dice que no falla, sólo que hoy, en cocinayletras, la convertimos a gluten free, saludable e igual de rica que la versión original.

Su receta es más que fácil: 1 taza de crema de leche, 2 de azúcar, 3 de harina y 4 huevos. Reemplazamos la crema de leche por un rico aceite de oliva, el azúcar refinado blanco por azúcar integral ó mascabo, y la harina blanca común por harinas libres de gluten. Listo!

Anímese con el laurel para dar aroma a sus postres, tortas, budines, licores, dulces de frutas, etc. Sus hojas tienen acción antiséptica, digestiva, expectorante, diurética, antiinflamatoria. Aproveche sus beneficios y disfrute el perfume intenso que soltará en sus preparaciones.

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

Ingredientes:
250 ml de aceite de oliva
260 grs de azúcar mascabo
130 grs de harina de sorgo
130 grs de harina de arroz blanco
90 grs de fécula de mandioca
1 ½ cdtas de polvo de hornear
pizca de sal marina
4 huevos
9/10 hojas de laurel fresco
1 cdta. de extracto de vainilla

Preparación:
Untar un molde con rocío vegetal o aceite de oliva y reservar en el freezer o heladera hasta el momento de utilizar. Precalentar el horno a temperatura moderada.
Mezclar las harinas con la fécula, el polvo de hornear y la pizca de sal marina. Reservar.

Calentar a fuego bajo el aceite de oliva con 4-5 hojas de laurel fresco, previamente machacadas con el filo de un cuchillo para que comiencen a soltar su aroma. Cuando el aceite se caliente retirar del fuego. Repetir el proceso 3 a 4 veces más hasta que el aceite se perfume.

Batir a blanco los huevos con el azúcar mascabo. Añadir el aceite perfumado, el extracto de vainilla y seguir batiendo.

Incorporar los ingredientes secos en dos tandas. Verter en el molde, terminar con el resto de las hojas de laurel apoyadas sobre la superficie.

Cocinar a horno moderado durante 30-35 minutos, o hasta que insertando un palillo lo retiremos seco.
Retirar, dejar enfriar y cubrir con azúcar orgánico impalpable.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

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La hamburguesa de quinoa ha sido hasta hoy una receta pendiente de “cocinayletras”. Con orgullo la presento!

Requerida por muchos, esta hamburguesa de quinoa cumple, y muy bien, con vencer las dificultades que a menudo usted me ha comentado. Las típicas situaciones repetidas que ocurren al preparar una hamburguesa sin carne de ninguna clase y, en este caso, tampoco huevo.

Todo el trabajo lo hace la quinoa, semilla hermosa y dócil como una anciana adorable que sabe que sus recetas tendrán, siempre, un final feliz. Con interesantes notas de sabor especiado y una o dos técnicas básicas que nos servirán de estructura y para ligar los ingredientes, le aseguro que servirá en su mesa una hamburguesa tan suculenta y compacta como cualquiera de las tradicionales.

Usted sabe que adoro las especias, sin embargo, siéntase libre de utilizar el condimento o hierba que más le guste. También puede añadir cebolla rehogada, zanahoria, hongos, etc. considerando, en cada caso, el líquido extra que estará sumando. Quite el excedente de aceite o agua de las verduras y agregue una cucharada extra de harina de garbanzos.

Para armar la hamburguesa, no olvide un ingrediente crocante como hojas verdes muy frescas, repollo o hakusai (como el que utilizamos en la receta de hoy), pepinos, semillas tostadas de calabaza o girasol, brotes de alfalfa, hojas de berro. Mi versión de hamburguesa de quinoa no lleva queso incorporado, pues elegí el pan de chipá que aporta un sabor preciso y algo picante debido al queso parmesano.

La receta del chipá le encuentra en este link, los preparamos hace un tiempo. Si está con ánimos de cocinarlos, amase bollos más grandes, del tamaño de un pan de hamburguesa. Puede reemplazarlo por un pan integral, un pan de semillas, un pan tipo árabe o servirla en el plato, abierta, con todos sus ingredientes como acompañamiento y finalizarlo con almendras tostadas, castañas de cajù, semillas de girasol, o alguna otra semilla o fruto seco que añada carácter al conjunto.

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

Ingredientes: (para 5-6 hamburguesas)
150 grs. de quinoa
3 cdas. de harina de lino + agua c/n
4 cdas de harina de garbanzo + agua c/n
1 cdta. de sal marina
½ cdta. de ají molido
1 ½ cdtas. de za’atar
¾ cdta. de comino molido
3 cdas. de aceite de oliva
cáscara rallada de lima (opcional)

Preparación:
Remojar la quinoa por al menos 1 hora. Colar y renovar el agua. Cocinar con abundante líquido hasta que esté tierna (10 min aproximadamente). Retirar del fuego, colar y reservar.

Triturar las semillas de lino hasta formar una harina (en licuadora, procesadora o molinillo de café). Añadir poca agua, apenas hasta formar una masa líquida, y dejar reposar. Añadir también unas cucharadas de agua a la harina de garbanzo hasta formar una masa espesa. Reservar.

Tanto las semillas de lino como la harina de garbanzo nos servirán de aglutinante y espesante, reemplazan al huevo y añaden volumen y firmeza a la hamburguesa.

Condimentar la quinoa cocida con la sal, el ají, el za’atar, el comino y mezclar bien.

Añadir la pasta de lino y la pasta de garbanzo, el aceite de oliva y la ralladura de lima (en caso de que la utilice). Revolver y, con la ayuda de una cuchara, amalgamar todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea.

Moldear hamburguesas del tamaño del pan que haya elegido. Cocinarlas en horno fuerte durante 10 minutos por lado o hasta que las sienta crocantes al tacto.

Retirar del horno y dejar reposar unos minutos para que ganen mayor firmeza antes de armar el plato.

En mi caso pisé palta con unas gotas de jugo de limón y sal marina para colocar sobre el pan. Luego rodajas de tomate y pepino. Otra capa de puré de palta y sobre ella la hamburguesa. Finalicé con una ensalada de repollo y ají vinagre rojo y unas semillas de calabaza tostadas.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)