Letras | Cocina
A propósito de formas, he oído recientemente que la madre de Guillermo preparaba años atrás, cuando él era aún un niño que compraba la revista Billiken, los huevos duros cuadrados.
Esta revista infantil de aparición semanal que se vende en Argentina y casi todo Sudamérica desde el año de su fundación, 1919, ha publicado ya cerca de 5000 ejemplares y al día de hoy sigue vigente.
Cuenta Guillermo que en sus años niños uno de los ejemplares de esta revista trajo adosada a la tapa una especie de prensa como regalo. No recuerdo los detalles que me contó acerca de esta prensa ni el objetivo real de quienes la crearon, lo cierto es que su madre vio en ella el aparato perfecto para moldear sus huevos duros y servirlos, a su modo de ver, más elegantes.
Hasta la semana pasada no sabía nada de huevos duros cuadrados. Como bien reza la frase: nunca es tarde para aprender. De ahí que me dediqué a investigar y hallé este artefacto de lo más curioso, fabricado, como no podía ser de otra forma, en China, con el que verdaderamente se preparan huevos duros cuadrados. Véalo usted mismo. Le dejo el link.
Hay gente muy imaginativa y que ha pensado cocciones tan diversas a las del huevo duro normal redondo, o poché o revuelto que solemos preparar, que me pregunto dónde he vivido yo todos estos años…
El amigo Carmelo, en su agriturismo Case Damma de Sicilia, ofrece a los clientes del restaurante los huevos duros rellenos y después fritos, receta de la nona (los he comido). También muy particular, pues los huevos una vez cocidos se cortan en mitades, se les extrae la yema para agregarla al relleno y luego se vuelven a cerrar, se pasan por harina, huevo batido, pan rallado y se fríen. Un trabajo de arquitectura e infinita paciencia. Facultades que aún persiguiéndolas, me escapan.
Por eso deberá usted perdonar que solo sea capaz de presentarle la receta del huevo poché, con algún agregado de picardía, necesariamente, y en el que habré de empeñar mi mayor esfuerzo para lograr que resulte lo más redondo posible, en contraposición –y quizá buscando así la diferencia– a la creatividad que ostentan y con razón otras personas.
En una próxima entrada le contaré mi técnica para conseguir los huevos revueltos más cremosos y saludables que habrá de ver en su plato. Prometo!
Huevos poché con mini croquetas de garbanzo y tomates secos y ensalada de rúcula silvestre
1 huevo por persona
250 grs de garbanzos cocidos
agua helada c/n
100 grs de tomates secos rehidratados
perejil picado c/n
1 cebollita de verdeo picada finamente (sólo la parte blanca)
cáscara rallada de un limón
sal y pimienta c/n
2-3 cucharadas colmadas de harina de garbanzo
1 atado de rúcula
½ palta
almendras picadas c/n
Preparación:
Para las croquetas de garbanzo y tomates secos
Picar el perejil, la cebollita de verdeo, 5 tomates secos rehidratados en agua y reservar. Rallar la cáscara de un limón. Escurrir el resto de los tomates y colocarlos en un frasco esterilizado y con aceite de oliva hasta la mitad.
Procesar los garbanzos agregando agua helada si fuera necesario hasta formar una pasta densa, no debe quedar blanda (el agua helada ayuda a mantener el color pálido del garbanzo). Añadir los demás ingredientes, condimentar con sal y pimienta y por último mezclar las cucharadas de harina de garbanzo (la cantidad de harina dependerá de cuán blanda o dura haya quedado su pasta, debe tratar de agregar la menor cantidad posible).
Formar croquetas con las manos y dejar descansar en la heladera. Si quiere lograr una forma pareja en todas puede probar con este método. En un molde de muffin o flan individual coloque una película de papel film, rellene un tercio del molde con la preparación, empareje la superficie con una cucharita y desmolde ayudándose del papel, tirando un poquito desde los costados. Resulta muy fácil de hacer y además obtendrá croquetas de igual tamaño, una ventaja adicional a la hora de cocinarlas.
Para ello, calentar 3 cucharadas de aceite de oliva en una sartén, disponer las croquetas y cocinarlas a fuego medio no más de 2 minutos por cada lado o hasta que estén doradas. Retirarlas y dejar que escurran el excedente de aceite sobre papel de cocina.
Verter 1 y ½ litros de agua en una cacerola, aproximadamente ¾ de su capacidad total. Llevar a ebullición hasta el punto en que comiencen a aparecer burbujas en los costados y en la superficie, indicarán que el agua está a la temperatura deseada y no demasiado caliente como cuando las burbujas se originan en el fondo. No funciona para mí el agregado de sal y vinagre, por eso no se lo menciono, yo los preparo solamente con el agua a temperatura justa.
Quebrar el huevo en un recipiente pequeño y apoyarlo sobre la superficie del agua. Deslizar el huevo con cuidado y comenzar a mover el agua con una cuchara, tratando de contener la clara y de darle forma redonda.
Si se pega en el fondo pasar la cuchara debajo, el huevo debe flotar. Cocinar durante 3 minutos, tomarlo con una espumadera y probar el punto de cocción tocando la yema del huevo con los dedos.
Cuando esté cocido a su gusto retirarlo con la espumadera y colocarlo sobre papel de cocina para que escurra el líquido.
Servirlo sobre las croquetas de garbanzo y tomates secos.
Para la ensalada de rúcula silvestre:
Lavar la rúcula, condimentarla con una vinagreta de aceite de oliva, jugo de limón, sal y pimienta y acomodar en el plato. Servir con los gajos de palta y los tomates secos en aceite de oliva. Espolvorear con las almendras picadas.
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)