Letras | Cocina
Como siempre digo, no veo la razón por la cual los niños deban seguir una dieta diferente a aquella de los padres. O por qué no comen las frutas y verduras que debieran comer o por qué prefieren las hamburguesas del supermercado o de los locales de comida rápida en lugar de las caseras…
Es posible que siendo usted padre o madre esté sospechando en este momento a quien o a quienes corresponde atribuir la responsabilidad sobre los alimentos que ingieren sus hijos. Me disculpará, pero debo serle franca. Sí. A usted. Lo dicen las personas que saben tanto más que yo y con fundamentos más sólidos, que son todas. Por ejemplo, un extracto de un artículo publicado por el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC):
“Las preferencias alimentarias se desarrollan durante la infancia y los padres juegan un papel esencial en el fomento de unos hábitos alimentarios sanos y equilibrados. El ambiente en el que el niño come y se desarrolla está influenciado en gran medida por los padres. Si se crea un ambiente agradable y se van introduciendo nuevos alimentos de forma no coercitiva, es mucho más probable que el niño aprenda a apreciarlos. Además, hay una estrecha relación entre la estimulación por parte de los padres, y el establecimiento de reglas en torno a la conducta alimentaria con el consumo de verduras”.
Dar ejemplo es un factor importante para motivar a los niños a comer verduras. Usted las come?
Por otra parte, y continuando con la opinión de la EUFIC, “un niño puede necesitar probar entre 10 y 15 veces un alimento nuevo antes de comenzar a apreciarlo; por ello, si los padres dejan de intentarlo tras unos pocos intentos, en general no lograrán introducir ese nuevo alimento. Los padres no deben forzar al niño a consumir grandes cantidades de nuevos alimentos, sino que deben alabarlos cuando prueben pequeñas cantidades de uno o dos de ellos. Tras hacer esto durante un tiempo, el niño se familiarizará con las nuevas verduras y tendrá más ganas de comerlas”.
Haga el intento con la versión casera, con SU versión casera, de la comida rápida. Seguramente, su hijo, recibe una alimentación saludable, no lo dudo, pero es probable que en los cumpleaños de amigos, primos o compañeros de colegio se vea tentado con algún que otro bocado poco valioso para su salud, como ciertas frituras, la mayoría de los dulces y confituras refinadas, las bebidas gaseosas, etc. y haya conocido las versiones menos recomendables de los alimentos. Si usted ha optado por una dieta vegetariana, entonces vaya a la sección Categorías del blog cocinayletras y busque entre las tantas alternativas con legumbres, semillas, frutos secos, que propongo para suplir las carnes. Personalmente, consumo pequeñas cantidades de pollo y algo más de pescado, pues son las carnes blancas más ligeras y las pocas que mi cuerpo es capaz de digerir.
Es saludable comer pollo o pescado?
Qué pregunta conflictiva.
En el mundo moderno no todos tienen acceso a comer verduras y frutas orgánicas, pollos de campo, pescados salvajes incontaminados, cereales orgánicos y/o no modificados genéticamente, etc. El resto de los mortales, como usted y como yo, lidiamos con la oferta restringida de quienes nos proveen de estos alimentos. Por lo tanto, es mejor comer un trozo de pollo de campo o una mazorca de maíz transgénico? No me considero en grado de responder de manera acertada, más bien de compartirle el sinsabor, el desencanto que provoca esta sociedad que no ha sabido sacarle debidamente el jugo a la naturaleza y ha hecho de ella un gran lío. Con nuestra oferta restringida hemos debido adaptarnos a este nuevo paisaje y nos dedicamos a crear dietas y estilos de vida infalibles, algunos de los más exóticos.
En un mundo confuso, el sentido común puede adquirir la veracidad de una ciencia. Utilícelo. Es mi mejor recomendación. Confeccione una lista de productos saludables y otra que incluya los nocivos. Luego pondere, pruebe y escoja con el corazón en la mano: su salud y la de su familia dependerán de esta decisión.
De aquello disponible –mi nona lo diría bien clarito– “elija lo menos peor”.
Para que no les falte ketchup ni pollo a sus hijos y crean que vienen de Marte por comer hamburguesas de aduki, prepáreles, cada tanto, este pollo apanado con mix de semillas y la salsa roja que sabe infinitamente mejor que el ketchup y que es casi igualita a él en apariencia.
Además, le tomará pocos minutos y nada de trabajo prepararlo. Si no me cree, aquí se lo explico.
Bastoncitos de pollo con ketchup casero. Para niños y grandes!
Ingredientes:
2 pechugas de pollo sin hueso y sin piel
75 grs. de semillas de lino
75 grs. de semillas de sésamo integral
sal marina y pimienta a gusto
Para el ketchup:
75 grs. de tomates secos
250 ml de agua caliente
4 cdtas. colmadas de azúcar mascabo
8 hojas grandes de albahaca fresca
1 ½ cdas. de vinagre de manzana
4 cucharadas de aceite de oliva
1 pizca de sal marina
Preparación:
Cortar el pollo en bastones de aproximadamente 2 cm de espesor por 10 cm de largo. Salpimentar a gusto. Reservar.
Mezclar las semillas y disponerlas en un plato hondo y cómodo que nos facilite trabajar luego con el pollo.
Precalentar en una sartén un fondo escaso de aceite de oliva o precalentar el horno a fuego moderado y untar una asadera con aceite o rocío vegetal, elija usted la manera en que quiera cocinarlos, el resultado es similar. Rebosar los bastones de pollo con las semillas, presionando para que se peguen por todos sus lados.
Cocinar 3-4 minutos por lado. Retirar del fuego, dejar reposar unos minutos y servir acompañado del ketchup casero.
Para el ketchup:
Disolver el azúcar mascabo en el agua caliente, remojar en ella los tomates secos hasta que estén blandos.
Retirarlos del agua y quitarles las semillas y las venas internas (si las tuvieran y si fuera posible).
Procesarlos en licuadora o procesadora con las hojas de albahaca, el vinagre, la sal, el aceite y parte del agua.
Agregar más agua hasta lograr la consistencia deseada (ni muy blanda ni muy espesa, debe resultar bastante escurridiza). Colocar en un frasco de vidrio bien cerrado y guardar en la heladera. Se conserva hasta 10-15 días perfectamente.
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)