Panna cotta de enebro y caramelo

Panna cotta de enebro y caramelo

Letras | Cocina

La panna cotta es un postre fácil de preparar y rico. A esta versión le añadimos enebro, salsa de caramelo líquido y algunas avellanas confitadas. Delicia!

El postre es una tregua suave que nos separa del resto de la comida… y del mundo. Es un paréntesis, una merecida cuota de dulzura que nos compone hasta el humor, nos relaja y nutre, nos alegra.

Hace poco regresé del mar. El mar y el postre, cuánto se parecen! En verdad, el mar es un postre que nos ofrece una tregua ancha para bajarnos del mundo, como decía una amiga mía en medio de cualquier agobio.

A mí denme postre y denme mar! Siempre. Que de agobios sabemos bastante, y entenderlos se vuelve muy confuso en la vorágine de situaciones por resolver que no admiten tiempo para argumentos ni distracciones.

La panna cotta es un postre hermoso, ligero y flexible. De origen italiano, dicen algunas historias, del Piamonte que vio nacer a mis ancestros. Hoy la presentamos con un sabor distinto, con ayuda del enebro y su aporte esencialmente amargo, luego cítrico y al final dulce, con cierta nota balsámica (o a cacao amargo, como apuntó un amigo y leal catador de mis recetas).

El enebro es la baya de un árbol presente en casi todo el hemisferio norte. Es el ingrediente principal de la ginebra y participa también en la elaboración de otras bebidas alcohólicas. Se utiliza en cocina para adobar carnes y guisos en general. Las bayas de enebro, conocidas como enebrinas, tienen un aroma a resina, de color púrpura oscuro y un sabor amargo con matices dulces, cítricos y resinosos. Las encontramos ya disecadas, en dietéticas o tiendas de repostería.

Y por qué no darles uso en un postre?
Aquí vamos en con esta receta distinta, que primero habrá que animarse a probar para luego, entonces, emitir un juicio.
Espero sus comentarios…

Panna cotta de enebro y caramelo

Ingredientes:
1 litro de leche (idealmente de cabra o vegetal)
4 bayas de enebro disecadas
2 cdtas. de extracto de vainilla
150 grs. de azúcar orgánico
28 grs de gelatina sin sabor
100 ml de agua tibia

Para la salsa de caramelo líquido:
100 grs de azúcar orgánico
agua c/n
Para las avellanas confitadas:
100 grs de avellanas
100 grs de azúcar orgánico
2-3 cucharadas de agua

Preparación:
Untar los moldes con aceite vegetal, idealmente de coco. Esto facilitará el proceso al momento de desmoldar la panna cotta.

Disolver la gelatina en el agua tibia. Reservar.

Llevar a fuego moderado en una cacerola la leche, las bayas de enebro machacadas y el extracto de vainilla.

Mientras la leche se calienta, realizar un caramelo con el azúcar orgánico y apenas un chorrito de agua. Cocinar hasta que tome un color dorado.

En este punto y con mucho cuidado, verter la leche caliente (previamente colada para descartar las bayas de enebro) sobre el caramelo y revolver hasta que se disuelvan los grumos que pudieran formarse.

Por último, incorporar la gelatina y mezclando bien hasta amalgamarla con la preparación.
Verter en moldes individuales y llevar a la heladera. Endurecen en 1-2 horas.

Para la salsa de caramelo:
Llevar a fuego moderado-bajo el azúcar orgánico hasta que tome color caramelo. Agregar agua hirviendo y revolver hasta disolver los grumos. La cantidad de agua depende de la densidad que se desea en la salsa. Para 100 grs de azúcar corresponden aproximadamente 80-100 ml de agua. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Para las avellanas confitadas:
Pinchar las avellanas por su parte plana, dejando la punta hacia abajo. Preparar un caramelo con el azúcar orgánico y el agua. Cocinar hasta que tome color dorado.
Retirar del fuego y llevar a baño de María inverso, es decir, con agua fría y cubos de hielo para detener la cocción. Tomar las avellanas por el palillo y pasarlas por el caramelo. Dejar solidificar y retirar el palillo.

Desmoldar la panna cotta poco tiempo antes de servirla. Acompañar con la salsa de caramelo y algunas avellanas confitadas.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

Letras | Cocina

El laurel, con su magnífico perfume, hechiza cotidianamente nuestros guisos y carnes, sopas, salsas, sofritos. Hoy se mete en una torta y, estoy segura, va a dar que hablar!

Mi madre, en su casa de San Jorge, en la provincia de Santa Fe, cultiva un laurel robusto y de hojas firmes y muy aromáticas. Cuando la visito, regreso con una pila de las mejores hojas que ella elige, lava y deshoja con dedicación extrema, propia de madres y muy habitual en la mía. Mi madre es tan querible como obligatorio no agradecer el privilegio de recibir su cariño en baldes. Tamaña bendición que me ha tocado…

En el post anterior sobre el laurel (lo invito a releerlo) Hojas de laurel: regalos de mi madre, propuse algunos usos para estas hojas carnosas y entre ellos la opción diferente y sugestiva de una preparación dulce. Y aquí estamos, con una torta fácil, sana y con aroma a laurel cuya receta es una fórmula inequívoca. Mi madre dice que no falla, sólo que hoy, en cocinayletras, la convertimos a gluten free, saludable e igual de rica que la versión original.

Su receta es más que fácil: 1 taza de crema de leche, 2 de azúcar, 3 de harina y 4 huevos. Reemplazamos la crema de leche por un rico aceite de oliva, el azúcar refinado blanco por azúcar integral ó mascabo, y la harina blanca común por harinas libres de gluten. Listo!

Anímese con el laurel para dar aroma a sus postres, tortas, budines, licores, dulces de frutas, etc. Sus hojas tienen acción antiséptica, digestiva, expectorante, diurética, antiinflamatoria. Aproveche sus beneficios y disfrute el perfume intenso que soltará en sus preparaciones.

Torta de laurel y oliva, con azúcar mascabo. De mi madre y gluten free!

Ingredientes:
250 ml de aceite de oliva
260 grs de azúcar mascabo
130 grs de harina de sorgo
130 grs de harina de arroz blanco
90 grs de fécula de mandioca
1 ½ cdtas de polvo de hornear
pizca de sal marina
4 huevos
9/10 hojas de laurel fresco
1 cdta. de extracto de vainilla

Preparación:
Untar un molde con rocío vegetal o aceite de oliva y reservar en el freezer o heladera hasta el momento de utilizar. Precalentar el horno a temperatura moderada.
Mezclar las harinas con la fécula, el polvo de hornear y la pizca de sal marina. Reservar.

Calentar a fuego bajo el aceite de oliva con 4-5 hojas de laurel fresco, previamente machacadas con el filo de un cuchillo para que comiencen a soltar su aroma. Cuando el aceite se caliente retirar del fuego. Repetir el proceso 3 a 4 veces más hasta que el aceite se perfume.

Batir a blanco los huevos con el azúcar mascabo. Añadir el aceite perfumado, el extracto de vainilla y seguir batiendo.

Incorporar los ingredientes secos en dos tandas. Verter en el molde, terminar con el resto de las hojas de laurel apoyadas sobre la superficie.

Cocinar a horno moderado durante 30-35 minutos, o hasta que insertando un palillo lo retiremos seco.
Retirar, dejar enfriar y cubrir con azúcar orgánico impalpable.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

Letras | Cocina

La hamburguesa de quinoa ha sido hasta hoy una receta pendiente de “cocinayletras”. Con orgullo la presento!

Requerida por muchos, esta hamburguesa de quinoa cumple, y muy bien, con vencer las dificultades que a menudo usted me ha comentado. Las típicas situaciones repetidas que ocurren al preparar una hamburguesa sin carne de ninguna clase y, en este caso, tampoco huevo.

Todo el trabajo lo hace la quinoa, semilla hermosa y dócil como una anciana adorable que sabe que sus recetas tendrán, siempre, un final feliz. Con interesantes notas de sabor especiado y una o dos técnicas básicas que nos servirán de estructura y para ligar los ingredientes, le aseguro que servirá en su mesa una hamburguesa tan suculenta y compacta como cualquiera de las tradicionales.

Usted sabe que adoro las especias, sin embargo, siéntase libre de utilizar el condimento o hierba que más le guste. También puede añadir cebolla rehogada, zanahoria, hongos, etc. considerando, en cada caso, el líquido extra que estará sumando. Quite el excedente de aceite o agua de las verduras y agregue una cucharada extra de harina de garbanzos.

Para armar la hamburguesa, no olvide un ingrediente crocante como hojas verdes muy frescas, repollo o hakusai (como el que utilizamos en la receta de hoy), pepinos, semillas tostadas de calabaza o girasol, brotes de alfalfa, hojas de berro. Mi versión de hamburguesa de quinoa no lleva queso incorporado, pues elegí el pan de chipá que aporta un sabor preciso y algo picante debido al queso parmesano.

La receta del chipá le encuentra en este link, los preparamos hace un tiempo. Si está con ánimos de cocinarlos, amase bollos más grandes, del tamaño de un pan de hamburguesa. Puede reemplazarlo por un pan integral, un pan de semillas, un pan tipo árabe o servirla en el plato, abierta, con todos sus ingredientes como acompañamiento y finalizarlo con almendras tostadas, castañas de cajù, semillas de girasol, o alguna otra semilla o fruto seco que añada carácter al conjunto.

Hamburguesas de quinoa y garbanzo en pan de chipá. Gluten Free!

Ingredientes: (para 5-6 hamburguesas)
150 grs. de quinoa
3 cdas. de harina de lino + agua c/n
4 cdas de harina de garbanzo + agua c/n
1 cdta. de sal marina
½ cdta. de ají molido
1 ½ cdtas. de za’atar
¾ cdta. de comino molido
3 cdas. de aceite de oliva
cáscara rallada de lima (opcional)

Preparación:
Remojar la quinoa por al menos 1 hora. Colar y renovar el agua. Cocinar con abundante líquido hasta que esté tierna (10 min aproximadamente). Retirar del fuego, colar y reservar.

Triturar las semillas de lino hasta formar una harina (en licuadora, procesadora o molinillo de café). Añadir poca agua, apenas hasta formar una masa líquida, y dejar reposar. Añadir también unas cucharadas de agua a la harina de garbanzo hasta formar una masa espesa. Reservar.

Tanto las semillas de lino como la harina de garbanzo nos servirán de aglutinante y espesante, reemplazan al huevo y añaden volumen y firmeza a la hamburguesa.

Condimentar la quinoa cocida con la sal, el ají, el za’atar, el comino y mezclar bien.

Añadir la pasta de lino y la pasta de garbanzo, el aceite de oliva y la ralladura de lima (en caso de que la utilice). Revolver y, con la ayuda de una cuchara, amalgamar todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea.

Moldear hamburguesas del tamaño del pan que haya elegido. Cocinarlas en horno fuerte durante 10 minutos por lado o hasta que las sienta crocantes al tacto.

Retirar del horno y dejar reposar unos minutos para que ganen mayor firmeza antes de armar el plato.

En mi caso pisé palta con unas gotas de jugo de limón y sal marina para colocar sobre el pan. Luego rodajas de tomate y pepino. Otra capa de puré de palta y sobre ella la hamburguesa. Finalicé con una ensalada de repollo y ají vinagre rojo y unas semillas de calabaza tostadas.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

QUINOA estilo oriental, con olivas, pasas y dukkah

QUINOA estilo oriental, con olivas, pasas y dukkah

Letras | Cocina

La quinoa es considerada, y con justa razón, un superalimento por sus propiedades nutricionales. Qué le parece si la utilizamos más a menudo?

La quinoa posee un perfecto equilibrio entre carbohidratos, proteínas y grasas. Su contenido nutricional es excepcional y su versatilidad nos permite incluirla en un número incontable de preparaciones en nuestra cocina.

En este blog la utilizamos anteriormente en la receta del Risotto de quinoa con pesto y en la Quinoa con tomate cherry, oliva y girasol tostado. Le sugiero una visita atenta a estas dos publicaciones, son propuestas fáciles, rápidas y sanas, y, además de económicas, altamente nutritivas. Como la que propongo en el día de hoy, con el agregado de una nota oriental que es, en parte, un hechizo invencible que lo mantendrá pegado al plato –como un imán a un metal– hasta que la última semilla de quinoa haya desaparecido de su vista. Y en parte, es una receta tramposa, de esas que agradecen los niños aunque estén comiendo con agrado lo que antes rechazaban con énfasis y moviendo hacia atrás la cabeza.

Sí, es una quinoa divertida! Plena de sabores dispares y a su vez complementarios, rica en textura y color, diría casi una porción del éxtasis con el aporte especiado del crujiente del dukkah para finalizar el plato.

No diga, como los niños, que no le gusta sin antes probarla. La quinoa merece su atención como alimento beneficioso para su salud y como uno de los cultivos preciosos considerados promisorios para la humanidad por su gran adaptabilidad a terrenos de todo tipo y climas.

Y esta receta no falla. Le doy mi garantía! 

Quinoa estilo oriental, con olivas, pasas y dukkah
Ingredientes: (para 3-4 porciones)
250 grs de quinoa
ralladura de 1 ½ limones
jugo de ½ limón
100 ml de aceite de oliva
12 aceitunas verdes descarozadas
3-4 dientes de ajo
½ cdta. de sal marina
50 grs de pasas de uva
2 ramas de apio
2 cdas. dukkah (opcional)

Preparación:
Lavar bien la quinoa, previamente remojada la noche anterior. Llevarla a fuego en una cacerola con 2 tazas de agua.

Cuando esté tierna (10 minutos aproximadamente) colar. Añadirle las pasas de uva para que se hidraten con el mismo calor de la quinoa y reservar tapada.

Calentar en otra cacerola el aceite de oliva con el ajo aplastado y pelado hasta perfumarlo, cuidando de no sobrecalentar el aceite o quemar el ajo. Descartar los dientes.

Añadir al aceite de ajo la quinoa, condimentar con la sal, ralladura y jugo de limón y agregar las aceitunas y el apio previamente picados.

Finalizar con Dukkah o alguna semilla o fruto seco que tenga disponible en su cocina para sorprender con un tono crujiente, y unas gotas extras de jugo de limón.
Y después me cuenta!!

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Torta Budín de frutos secos. Gluten free! Para comenzar el nuevo año!

Torta Budín de frutos secos. Gluten free! Para comenzar el nuevo año!

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Una torta liviana, con frutas secas para no discrepar con los postres y demás dulces que acompañarán el brindis. Sin gluten, saludable y rica. Prepárela!

Comer sano y rico es posible. Usted y yo lo sabemos. Con más de 150 recetas en el blog, hemos visto que un mínimo de picardía y otro de sentido común pueden convertir un plato en un agasajo brillante, con aroma y sabor indecibles y pleno de propiedades benéficas para su salud y la de su familia.

Cuáles de ellas ha preparado? Cuáles piensa preparar el año que comienza? No tiene que tomar una resolución drástica de dejar de comer todo aquello que comía hasta ahora para empezar el 2017 depurado y esquelético. El primer día del año es como cualquiera de esos lunes inabordables destinados a iniciar una dieta que sabemos no sucederá.

Entonces no se complique. Pruebe platos saludables y disfrútelos. Incorpórelos a su alimentación diaria, compártalos con la familia, convide a sus amigos. Esa es una buena resolución. Comenzar de a poco, espiar, investigar, mantenerse curioso, cuidarse y cuidar a los suyos.

Este budín es una esponja blanda y tan suave como la de un bizcochuelo, con ricas frutas secas y sabor cítrico en su interior y un baño de azúcar y naranja que bien podría saltárselo. No es necesario, pero agrega color y un extra de dulzura que siempre necesito…

Le deseo el mejor de los años!! Y una vida saludable y en paz con usted y con sus seres queridos!
Nos encontraremos en el 2017! Hasta pronto!

Torta Budín de frutos secos. Gluten free!

Ingredientes: (para un molde savarín de 28 cm de diámetro)
3 huevos
100 grs de azúcar orgánico
100 grs de miel
150 ml de aceite de oliva
cáscara rallada de un limón grande
100 grs de harina de maíz
120 grs de harina de arroz blanco
40 grs de fécula de mandioca
2 cdtas de polvo de hornear
pizca de sal
1 cdta. de extracto de vainilla
120 grs de fruta abrillantada
50 grs de nueces partidas groseramente
50 grs de pasas de uva
50 ml de leche

Preparación:
Precalentar el horno a temperatura moderada.
Untar con rocío vegetal o aceite de oliva el molde savarín y llevarlo al freezer o heladera hasta el momento de utilizar.
Mezclar las frutas secas con una cucharada de fécula de mandioca. Reservar.

Unir la harina de maíz, la de arroz blanco, la fécula de mandioca, el polvo de hornear y la pizca de sal. Reservar.

Batir los huevos con el azúcar orgánico hasta blanquear. Añadir la miel, el aceite de oliva, la cáscara de limón y el extracto de vainilla.

Incorporar los ingredientes secos en dos tandas, intercalando con la leche.

Por último añadir las frutas secas, revolviendo bien para que se distribuyan uniformemente.

Llevar a horno moderado durante 35 minutos, o hasta que insertando un palillo lo retiremos seco.

Retirar del horno, dejar enfriar y desmoldar.

Terminar con un baño de azúcar impalpable y unas gotas de jugo de limón, o simplemente espolvorearlo con azúcar impalpable.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)