Torta de manzanas

Torta de manzanas

Letras | Cocina

dsc07901Muy clásica en mi cocina. Y en la suya? Una receta sin vueltas, de preparación fácil, rápida, y de resultados inesperados.

Del chocolate dista lejos, con su dominio alarmante y la tromba que lo precede, que podría provocar –si lo dejamos– lo mismo una guerra por un imperio que una noche de amor furioso. La torta de manzanas, y me gusta decirlo, en su lugar prudente pero penetrante es capaz de decirse sensual como la brizna tibia de un suspiro, aquella que pasa de boca en boca sin hablar palabra, con el deseo hecho desgarro, sensual y etérea…

dsc07913dsc07826dsc07836Cuál de las dos con más autoridad? Cremosa y húmeda, almibarada y pegajosa, con pequeños trozos de fruta agazapados en su interior que piden mordiscos chiquitos, repetidos, jugosos… Cuál de las dos más insolente? La primera es frontal, explícita, arrolladora, irresistible. La otra? Zalamera, coquetona, lenta pero… infalible.

dsc07936dsc07857dsc07863 Esta receta, como tantas, la aprendí de mi madre. Ya le conté que aún antes de la adolescencia comencé a preparar tortas. Tenía pocos años y el pensamiento confuso, desaforado; los anhelos, el ansia, las penas, todo venía en exceso. Todos hemos pasado por ahí. También usted. Entonces, mi madre, cortaba las manzanas a cuchillo sobre la mezcla de la torta ya lista para hornear. Una manzana sobre la superficie y una pizca de azúcar. Crecida en un ambiente forzosamente austero más de una le hubiera parecido un desperdicio, un sacrificio, un gasto innecesario. Cuando me llegó la adolescencia, el ambiente se había relajado un poco y decidí que además de la o las manzanas que acomodaría delicadamente sobre la cubierta incluiría unas cuantas otras en su interior. Así lo hice. Y en exceso. Pues, como dije, de adolescente, todo me venía sobrando. Con mil estímulos que atender la pastelería era una amiga condescendiente, me desahogaba con ella. Y desde allí hasta ahora anduve elaborando esta torta con la receta de antaño. Sería divertido que usted creyera que pasadas mi juventud y la adultez todavía conservo aquel aire desenvuelto, pero no puedo mentirle, no a usted que a estas alturas ya me conoce lo suficiente. El aire sin reservas lo perdí, atesoré al menos una receta desinhibida.

dsc07842dsc07946 Somos muchos quienes preparamos la torta de manzanas, lo sé. También usted? Por qué no me cuenta cómo?

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Torta de manzanas

Ingredientes: (para un molde de 18 cm de diámetro)

100 ml de aceite de oliva
100 grs de azúcar orgánico
50 grs de miel orgánica
150 grs de harina integral
50 grs de harina de avena en grano
(puede reemplazar estos 50 grs de harina de avena en grano por 50 grs de germen de trigo)
2 cdtas. de polvo de hornear
1 pizca de sal
2 huevos
1 cdta. de extracto de vainilla
4 manzanas rojas medianas + 1 para la cubierta

Para el almíbar:
200 grs. de azúcar orgánico
100 ml de agua

dsc07823Preparación:

Embeber el molde con rocío vegetal y llevarlo a la heladera. Idealmente usar uno de base desmontable, para facilitar el proceso del desmolde. Mezclar los ingredientes secos con la pizca de sal. Reservar. Pelar las manzanas y cortarlas en trozos pequeños para que luego su cocción sea más rápida y segura. Rociarlas con jugo de limón para que no se oscurezcan.

Batir enérgicamente el aceite con el azúcar hasta lograr una mezcla homogénea. Añadir los huevos de a uno revolviendo bien después de cada adición. Incorporar el extracto de vainilla y las harinas. Agregar por último las manzanas y mezclar con espátula hasta lograr que toda la preparación contenga trocitos de manzana. Cortar una manzana pelada, descarozada y partida por la mitad, en rodajas muy finas.

Acomodar una rodajita al lado de la otra sobre la superficie de la torta y espolvorear con azúcar orgánico.

dsc07875Hornear a horno moderado durante 45 minutos.

dsc07882Mientras tanto llevar a ebullición el azúcar con el agua y cocinar hasta que el almíbar tome punto hilo. Retirar la torta del horno, dejar enfriar y desmoldar. Bañar con el almíbar aún tibio.

dsc07884dsc07886dsc07922Marisa Bergamasco (Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Cari amici, vengo in Italia!

Cari amici, vengo in Italia!
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Versione Italiana

Letras | Cocina

dsc07666Torno a casa!
Una notizia per me così dolce dovrà dunque essere corrisposta da una ricetta tanto o più dolce, l’occasione ideale per preparare un flan alla vaniglia. Una carezza in bocca!

dsc07680Dal sapore tenero e delicato, dall’aspetto candido e semplicemente bello, il flan di latte la rimanderà, ne sono sicura, ai tempi in cui la sua mamma coccolava la sua infanzia con innumerevoli dimostrazioni d’affetto, di puro e grande amore. Una di esse, nel mio caso, oltre ai baci senza risparmio con cui mi copriva dalla testa ai piedi, é stata la sua cucina, gli odori delle sue pentole che salivano e scivolando arrivavano alla mia camera, il forno caldo con una promessa d’aspettare intanto la casa veniva interamente profumata dall’aroma celeste di qualsiasi dei suoi dolci.

con-mami-icumple-15-maria-iLei non ha avuto una mamma così? Mi dispiace. Però forse ha conosciuto nella sua vita qualche altra persona che le abbia insegnato il valore indispensabile della dolcezza e chissà se non gliel’abbia donato perché potesse impararla… Ma invece no, dice lei? Allora eccomi qui. A me mancano tante di quelle virtù più ricercate e desiderate per diventare almeno una persona per bene, ma decisamente sono capace di regalare dolcezza –anche a lei se solo me lo chiedesse– con molto piacere e in abbondanza.

Facendo astrazione della crisi, l’Italia (crisis aparte) rimane tutta lei un dolce appunto da mangiare, un flan di latte alla vaniglia cha ha il gusto dell’infanzia. Come ben riferisce la scrittrice spagnola Rosa Montero: “L’infanzia è il posto in cui abitiamo il resto della nostra vita”. Certo. Perché l’infanzia, con il passo degli anni, diviene una casa sicura. Sempre. Una casa mai minacciata dai pericoli, salva dalla meschinità, ingenua come il flan, un luogo affabile e affidabile dove tornarci per guarire dalla nostra stanchezza.

marisa-iTornare in Italia significa tornare a casa, alla mia infanzia, ai dolci della mia mamma. Chi ami questo paese come me lo capirá…
Una di loro è la mia amica Eugenia, il cui marito ha portato questi bellissimi baccelli di vaniglia dal mercato di Dubai. Lei, che porta la dolcezza insieme alla sua famiglia (due figlie strepitosamente solari), ha il dono purtroppo raro della generosità che la define come una persona straordinaria che fa per gli altri cose straordinarie. Grazie amica! Ti ammiro! E grazie anche del carinissimo grembiule!

Ai miei amici italiani: ci vediamo prestissimo!!!

Flan di latte di cocco alla vaniglia e all’arancia

dsc07671Ingredienti:
400 ml di latte di cocco
150 ml di latte di capra
4 uova
1 baccello di vaniglia
100 g di zucchero bio
100 g de zucchero bio per fare il caramello
1 striscia di buccia di arancia

dsc07615Preparazione:
Versare il latte di cocco in una casseruola con 50 g dello zucchero bio, la striscia di buccia di arancia e il baccello di vaniglia inciso nel senso della lunghezza e leggermente aperto. Lasciare scaldare la preparazione a fuoco lento e farla sobbollire per circa 4 minuti, poi spegnere la fiamma e lasciarla riposare per 5-6 minuti.

dsc07631Sbattere le uova con i 50 g restanti dello zucchero bio sino ad ottenere un composto cremoso. Aggiungere il latte di cocco versandolo a filo attraverso un colino e mescolare sino a quando il composto sarà omogeneo.

Nel frattempo preparare il caramello i 100 g dello zucchero bio e stenderlo in uno stampo, muovendo il recipiente per distribuirlo uniformemente sul fondo e sulle pareti.

dsc07633Versare nello stampo il composto di latte e uova e cuocere a bagnomaria in forno a 180 °C in una teglia parzialmente riempita di acqua per 1 ora o sino a quando la crema si sarà addensata.

dsc07636dsc07643Controllare la cottura e, a freddo, capovolgerlo su di un piatto da portata. Accompagnare con un vino dolce, un Jerez, un vino Porto oppure un Moscato incomparabile della famiglia Marenco!

dsc07656dsc07680dsc07692dsc07702Marisa Bergamasco
(Affezionata alla scrittura, alla buona cucina, al mangiare bene e ai buoni e grandi affetti, agente di viaggi di professione, sognatrice di vocazione, per sempre…)

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Versión Español

Queridos amigos, voy a Italia!

 

Letras | Cocina

dsc07666Vuelvo a casa!
Una noticia tan dulce para mí debería ser correspondida por una receta tanto o más dulce, la ocasión ideal para preparar un flan de vainilla. Una caricia en la boca!

dsc07680De sabor tierno y delicado, de aspecto cándido y simple, primoroso diría yo. El flan de vainilla hará que usted vuelva –estoy segura– al tiempo en el que su mamá mimaba su infancia con innumerables demostraciones de afecto, de puro amor, y muy grande. En mi caso, una de esas demostraciones, además de los besos que la mía no escatimaba para cubrirme de pies a cabeza, se hacía evidente en la cocina, los olores de sus ollas que subían y se deslizaban hasta meterse en mi cuarto, el horno caliente con una promesa adentro que esperábamos con ansia mientras la casa se perfumaba completamente con el aroma celestial de cualquiera de sus postres.

con-mami-icumple-15-maria-iQue usted no ha tenido una madre así? Lo siento. Aunque tal vez haya conocido, en el transcurso de su vida, alguna otra persona que le haya podido enseñar el valor primordial de la dulzura, y quién sabe si no se la haya regalado para que también usted pudiera aprehenderla… Tampoco ésto, me dice? Entonces, acá una servidora. Adolezco de muchas de aquellas virtudes necesarias para convertirme siquiera en una persona de bien, pero decididamente, le digo, soy capaz de regalar dulzura –solo basta que me lo pida– con enorme agrado y en abundancia.

Abstrayéndonos de la crisis, Italia resiste y se preserva entera como un dulce comestible, un flan de leche a la vainilla con el sabor de la infancia. Como bien expresa la escritora española Rosa Montero: “La infancia es el lugar en el que habitas el resto de tu vida”. Cierto. Porque la infancia, con el paso de los años, se nos hace una casa segura. Siempre. Una casa a salvo de la mezquindad, jamás acechada por los peligros, ingenua como el flan, un lugar afable y confiable adonde acudir para curar nuestro cansancio.

marisa-iVolver a Italia significa volver a casa, a mi infancia, a los dulces de mi madre. Quien ame este país como yo entenderá…
Una de ellos es mi amiga Eugenia, cuyo marido ha traído estas preciosísimas vainas de vainilla del mercado de Dubai. Ella, que reparte la dulzura junto a su familia (dos hijas escandalosamente brillantes), tiene el don cada vez más escaso de la generosidad que la define como una persona extraordinaria que hace por los demás cosas extraordinarias. Gracias amiga! Te admiro! Y gracias por el lindísimo delantal!

A mis amigos italianos: nos vemos prontísimo!!

Flan de leche de coco a la vainilla y a la naranja

dsc07671Ingredientes:
400 ml de leche de coco
150 ml de leche de cabra
4 huevos
1 vaina de vainilla
100 g de azúcar orgánico
100 g de azúcar orgánico para el caramelo
1 tira de cáscara de naranja

dsc07615Preparación:

Verter la leche de coco en una cacerola con 50 g del azúcar orgánico, la tira de cáscara de naranja y la vaina de vainilla con un suave corte en el sentido del largo y ligeramente abierta. Dejar calentar la preparación a fuego lento y hacerla hervir por unos 4 minutos, luego apagar la llama y dejarla descansar por 5-6 minutos.

dsc07631Batir los huevos con los 50 g restantes del azúcar orgánico hasta conseguir una preparación cremosa. Añadir la leche de coco (previamente colada) vertiéndola en forma de hilo y mezclar hasta homogeneizar la crema.

Preparar el caramelo con los 100 g del azúcar orgánico en la flanera, moviendo el recipiente para distribuirlo uniformemente sobre el fondo y las paredes.

dsc07633Verter en el molde el compuesto de leche y huevos y cocer a bañomaría en horno a 180 °C por aproximadamente 1 hora.

dsc07636dsc07643Controlar la cocción y, en frío, volcarlo en el plato en el cual lo serviremos. Acompañar con un vino dulce, un Jerez, un Oporto o un incomparable Moscato de la familia Marenco!

dsc07656dsc07673dsc07692dsc07702Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

La pausa caffè

La pausa caffè

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Letras | Cocina

Con esta locución, pausa caffè, se hace referencia en Italia a los intervalos durante el horario de trabajo que, desde el año 2003, constituye un derecho establecido por ley en defensa de la salud de los trabajadores.
Un estudio danés rescata esta pausa mostrando sus beneficios desde el punto de vista de la productividad y de la socialización. El estudio publicado por los investigadores de la Universidad de Copenaghen ilustra el poder terapéutico del coffee break, considerado frecuentemente como una ocasión para perder el tiempo y trabajar menos. Los resultados han demostrado un aumento real de la productividad con no pocas ventajas para las empresas. Las pausas en el trabajo, por su importancia y valor social y por el potencial monetario para las organizaciones, deberían ser tratadas como prácticas comunes que permitan a la comunidad desarrollarse. Se ha comprobado además su efecto benéfico sobre la salud, visto que fisiológicamente una pausa cada 90 minutos o máximo 120, restituye la atención disminuida y por ende la capacidad de rendimiento. Trabajadores menos estresados y más productivos, dispuestos a retomar las tareas con más energía y concentración.

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Sin embargo, la gestión de estas pausas por parte de los empleadores, no es asunto fácil. La ley adolece aún de espacios poco claros y el argumento continúa siendo controversial y de difícil reglamentación. Aquí, como en otras situaciones intrincadas, aquello que debería prevalecer para hallar una salida digna serán el sentido común, la sensatez y la moderación, tanto de parte de los empleadores como de los empleados.

En Florencia, desde hace dos años, la pausa caffè se ha convertido en un festival dedicado a la cultura de esta bebida por sus propiedades estimulantes, los infinitos matices de su sabor y su poder socializador. El Pausa Caffè Festival.

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Por ahora, no hemos evolucionado lo suficiente para comprender el real alcance de una pausa en el trabajo. No lo comprende el empleador que desconfía de ella, no lo comprende el empleado que no la exige y no lo comprende el trabajador autónomo que no la contempla.
Mi dentista lo entendió hace unos pocos meses, obligado por circunstancias desfavorables de salud que lo forzaron a abandonar, sin previo aviso, el ritmo imprudente al que había acostumbrado su trabajo. Es un profesional de colección, y su óptimo prestigio le ha servido para atender un elenco cada vez más numeroso de pacientes, algunos que provienen del mundo del espectáculo, otros del exterior, todos sus aficionados y casi devotos.

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Lo conocí años atrás, y en tanto me convertía yo también en su devota, su hijo crecía, estudiaba odontología e instalaba su propio consultorio. Desde entonces dejo mis quejas en el sillón de Marcelo Jr., tan condescendiente y tolerante, tan respetuoso del dolor ajeno que a veces me avergüenza reclamarle tonteras, pues no más allá de eso he sentido alguna vez. Y a cada rato, por cualquiera de estas tonteras, pide perdón. Usted puede creerlo?

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Marcelo Jr. es deportista, come y vive sano, y aprendió muy pronto el concepto de la pausa. Su padre que, bendita sea, está más recuperado, trabajaba de 9 a 9, sin pausas y sin almuerzo, porque era necesario, decía. Desde que su corazón le enviara esta señal de atención, pasa menos horas en el consultorio, almuerza en su casa y atiende a menos pacientes. Su hijo me dijo durante la última consulta: –todo sigue igual…
Y por qué habría de ser de otra manera? Nos creemos irreemplazables, nos sobrecargamos de deberes, nos asustamos si la aparente estabilidad de nuestra economía peligra, pero no nos detenemos hasta que la salud nos golpea violentamente en la cara con un aviso de los ineludibles. Y cuando eso ocurre, cambiamos nosotros. El resto del mundo al que pertenecemos, como bien dijo Marcelo Jr., seguirá igual.

Quise preparar un bocado delicioso y sano para regalar a los dos Marcelos. Para que lo saboreen en sus pausas y para que ojalá las sigan considerando.

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Pausa de chocolate y dátiles

Ingredientes:
Para la base:
150 grs de cacao amargo
320 grs de azúcar orgánico
200 ml de agua hirviendo (o c/n)
150 ml aceite de oliva extra virgen
6 huevos

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Para la cubierta:
300 grs de dátiles
jugo exprimido de dos naranjas
30 grs de almendras picadas groseramente
ó
30 grs de almendras fileteadas
escamas de chocolate

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Preparación:
Forrar un molde redondo de 23 cm de diámetro con papel manteca y rociar con rocío vegetal. Llevar a heladera hasta el momento de utilizarlo.
Precalentar el horno a 180º.
Mezclar el cacao con el azúcar, agregar el agua hirviendo y revolver hasta que se disuelvan (la cantidad de agua puede variar). Incorporar el aceite de oliva y luego las yemas, una a la vez.

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En otro bowl batir las claras a nieve y unirlas a la preparación del chocolate en tres tandas, con movimientos envolventes.

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Verter en el molde y hornear durante 45-50 minutos.

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Al retirarla del horno, la parte de arriba tenderá a derrumbarse. Está bien que esto ocurra, y así tendremos más espacio para extender nuestra cubierta de dátiles y naranja.

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Dejar enfriar. Colocar la cubierta y terminar con las almendras y las escamas de chocolate.

Para preparar la cubierta dejar en remojo los dátiles por un par de horas en el jugo de naranja, escurrir, descarozar, picar finamente y procesar unos segundos agregando el jugo de naranja del remojo hasta formar una crema densa. Colocar sobre la torta emparejando con una espátula.

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Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Il tempo

Il tempo

Letras | Cocina

dsc06615 (1)“Bella sconosciuta”
(La mia versione del testo di Achile Campanile)

“Notai, ad un tavolo poco lontano dal mio una bellissima e giovanissima donna sola”.

Aveva lo sguardo smarrito, anche se guardava un momento le persone del caffè e poi quello che accadeva in strada attraverso la finestra. Guardava senza guardare. Come faceva a non guardare? Mi chiedevo. Con i sui occhi neri, grandi come due misteri inesplicabili, due luci. E, tuttavia, erano fissi sul nulla.

Una sigaretta spenta sulle labbra sochiuse, in sospeso, provocava un borbottare prolungato da parte di tutti coloro che la vedevano e a prima vista pensavano che lei stesse proprio fumando. Intanto lei, faceva finta di fumare. Inspirava l’aria e l’inghiottiva, muoveva la bocca come per baciare un bacio che non c’era, che forse stesse aspettando oppure che non aveva mai dato. Non doveva avere più di 20 anni.

mujer-en-el-cafc3a9Indossava un giubotto blue, nonostante non piovesse. Era al di là del clima o delle temperature. Non toccó il caffé, che poco a poco perse la schiuma e il vapore che emergeva dal liquido caldo, ormai raffreddato. Teneva una penna tra le dita della mano destra, comunque il quaderno aperto sul tavolo aveva ancora i fogli in bianco. Faceva finta di fumare, di bere caffé, di guardare, di scrivere, di vivere.

cafc3a9Dopo quasi un’ora che la osservavo, esaminandola, trattando di capire, ho pagato il mio conto e prima di andarmene ho voluto farle la domanda: – Ha bisogno di qualcosa, signorina?
Senza voltarsi, raccolse i sui lunghi ricci neri in una coda bassa, prese la sigaretta tra le dita, insieme alla penna, e rispose: – Di tempo…

Incapace di dire un’altra sciocchezza, più imperdonabile di quella prima domanda, appoggiando una mano sulla sua spalla in un intento non riuscito di dare conforto, ho deciso di partire, ringraziando che lei non mi guardasse, a disagio per le parole sconvenente che avevo lasciato su quel tavolo etereo, tanto inmateriale quanto la dona sconosciuta.

Perché? Avrei voluto chiederle. Perché non le bastava il tempo che aveva a disposizione. Perché non lo sfrutava, perché non lo spremeva, perché lo perdeva in un atteggiamento ostile. Cosa voleva fare?
Era passata un’ora. Un’ora svanita, scomparsa. Peccato! Immaginare quello che avesse potuto inventare in un’ora fuori dal caffè… In questo pensiero la sua estesa apatia era in disparte e la mia oppressione era salva. Camminai godendomi la sua vita e la sua belleza, e le occasioni straordinarie che la stavano aspettando.

Intanto lei sprecava il tempo e lo lasciava fuggire, morta dalla paura di non averene abbastanza. Cosa voleva celebrare? Soltanto così si poteva capire il suo letargo. Se non aveva una grande gioia da calebrare, perché il timore? Chi o cosa minacciava la sua futura festa?

Il tempo tornó implacabile, anche per me. Un brivido improvviso mi fecce capire che i miei minuti scorrevano veloci e che dovevo farne tesoro, celebrarli in qualche modo. Con gli occhi, con il cuore, con le mani, con la speranza.
Comprai dei fiori e un gelato al cioccolato e andai a casa con i sensi attenti. –Torno domani!–, parlai ad alta voce. –Torno e le faccio la domanda!

gelato-al-cioccolatoHo voluto fare una torta di compleanno come simbolo del passare del tempo. Un tempo ciclico che ogni anno ci porta davanti una torta, un’almanaco o un saluto per metterci nell’obbligo di celebrarlo. L’anno che è trascorso per i loro sogni quasi compiuti oppure realizzati, l’anno che verrà per quelli altri illusioni interrotte che pur essendo state motivo di più di una tristezza ci incoraggiano a soffiare sulla candelina e ad averle in mente l’indomani, avranno la forza e la magia raddoppiata di un gelato al cioccolato e ci manterranno sulle spine se non volessimo persistere.

“Non mi basta il tempo per celebrare i tuoi capelli”, ha detto il poeta Pablo Neruda. Nulla d’aggiungere…

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Torta d’oro e argento
(Torta de oro y plata) Per 8-10 porzioni
Questa ricetta ha più di cento anni di storia, cento anni di tempo e rimane ancora valida. Vale la pena provarla!

Torta d’oro

Ingredienti:
80 ml d’olio d’oliva extra vergine
150 grammi di zucchero biologico
4 tuorli
1 cucchiaino di essenza di vaniglia
150 grammi di farina integrale di grano tenero
2 cucchiaini di lievito in polvere
100 ml di latte di capra
pizzico di sale marino

dsc065301Preparazione:
Setacciare la farina integrale con il lievito e il pizzico di sale. Mettere da parte.
In un’altra ciotola montare i tuorli con lo zucchero e unire l’olio d’oliva poco alla volta. Aggiungere la vaniglia.
Unire gradualmente gli ingredienti secchi alternando con il latte e mescolando delicatamente con una spatola.
Distribuire il composto in uno stampo rotondo da 17/18 cm (ungendolo previamente con dell’olio d’oliva e lasciandolo in frigo per 5 a 10 minuti).

dsc06538Infornare, in forno preriscaldato, a fuoco moderato per circa 30 minuti. Per essere sicuri che sia ben cotta infilzare la torta con uno stecchino di legno: se esce asciutto e ben pulito la torta è pronta.

dsc06541Torta d’argento

Ingredienti:
100 ml d’olio d’oliva
200 grammi di zucchero biologico
4 albumi
260 grammi di farina integrale di grano tenero
3 cucchiaini di lievito in polvere
1 cucchiaino di essenza di vaniglia
pizzico di sale marino

Setacciare la farina integrale con il lievito e il pizzico di sale. Mettere da parte.
In un’altra ciotola battere l’olio con lo zucchero. Unire gli albumi uno a uno e mescolare bene.
Aggiungere la vaniglia. Continuare il procedimento come nella torta anteriore.
Unire gradualmente gli ingredienti secchi mescolando delicatamente con una spatola.
Distribuire il composto in uno stampo rotondo da 17/18 cm (ungendolo previamente con dell’olio d’oliva e lasciandolo in frigo per 5 a 10 minuti).
Infornare, in forno preriscaldato, a fuoco moderato per circa 30 minuti. Per essere sicuri che sia ben cotta infilzare la torta con uno stecchino di legno: se esce asciutto e ben pulito la torta è pronta.

dsc06558Ingredienti per la farcitura:
400 grammi di dolce di latte (ho usato quello fatto con Stevia)
200 grammi di Nutella
bucia grattugiata di un’arancia

dsc06560dsc06563dsc06570dsc06562Sciroppo per la bagna:
Lo sciroppo d’acqua è preparato unendo, in un pentolino posto su fornello a fuoco lento, acqua e zucchero.  Le quantità di zucchero e di acqua saranno scelte in una proporzione di 1:1, ovvero 1 parte di zucchero per 1 parte di acqua. In questo caso useremo 150 ml d’aqua e 150 grami di zucchero biologico.

Meringa all’italiana con miele:
180 grammi di miele
3 albumi

In un pentolino versare il miele. Mettere sul fuoco e portare a bollore fino a raggiungere i 121°C. I 121° sono raggiunti quando prelevando con un cucchiaino un po’ di sciroppo e immergendolo velocemente in un bicchiere di acqua molto fredda tra le dita si può formare una pallina morbida.
Mentre il miele arriva a temperatura, in una ciotola di vetro o di acciaio iniziare a montare leggermente gli albumi con uno sbattitore domestico.
Versare il miele a 121°, mettere le fruste alla massima velocità e montare quasi sino a raffreddamento (circa 40°). La meringa è perfettamente riuscita e pronta quando sollevando le fruste si forma il classico “becco”.

dsc06586Per montare la torta:
Quando le torte sono fredde tagliarle a metà.
Mettere di base sul piatto di portata la metà della torta d’oro.
Bagnarla con lo sciroppo e stendere circa metà del dolce di latte. Cospargere con parte della bucia grattugiata dell’arancia.

dsc06572dsc06580dsc06574Coprire con un disco della torta d’argento, bagnare con lo sciroppo e coprire con la nutella.

dsc06575Continuare con il disco rimanente della torta d’oro, bagnare con lo sciroppo e spalmare con il dolce di latte. Cospargere con il resto della bucia grattugiata dell’arancia.
Finire con la torta d’argento, bagnarla e coprire il tutto con un fino strato di dolce di latte.

dsc065851Decorare a piacere con la meringa al miele.

dsc06591dsc06616dsc06621dsc06619dsc06640Marisa Bergamasco
(Affezionata alla scrittura, alla buona cucina, al mangiare bene e ai buoni e grandi affetti, agente di viaggi di professione, sognatrice di vocazione, per sempre…)

Golosinas

Golosinas

Letras | Cocina

dsc06495De niña, no recuerdo haberlas comido. Más por la austeridad real en la que vivíamos en casa (mi padre apenas empezaba su camino) que por falta de interés. Cuando mi vecino cumplió 4 años, su mamá le hizo una torta y la decoró con bastoncitos de galleta y chocolate (habanitos), los pegó uno al lado del otro, rodeándola, construyendo una empalizada digna de tirar abajo a manotazos. Eso hicimos. Y es inolvidable la dicha que sentimos mi hermano y yo al hacerlo.

100_1097De adolescente, con una economía de mi padre bastante más firme, entré en todos los negocios de golosinas y las probé sin escrúpulos. No solo fueron golosinas… Las formas se me agrandaron al punto que si usted me hubiera conocido (bueno, muchos aquí me han visto y saben que no miento) no me reconocería en las fotos publicadas en este blog. Mientras masticaba azúcar y harinas y mil porquerías, envasado todo en papeles de colores brillantes, mantenía el paladar entretenido y también el pensamiento, perturbado, fastidiado, afligido, en este período complejo que nos antecede a la juventud.

Lo que quiero contarle –y apuro un resumen antes de que usted se me aburra o se duerma– no es la historia de mi vida, bastante poco rutilante, por cierto. Me interesa, en cambio, divulgar aquello que aprendí y que pueda serle útil para mejorar o intentar mejorar su calidad y cantidad de vida.

Si le sobran algunos kilos, no importa cuántos, piense y sepa con seguridad que no es una carga definitiva. Si le molestan, como a mí oportunamente, puede deshacerse de ellos nada más tomando la decisión. Bueno, no es nada más una expresión que pretenda denotar la facilidad o rapidez del asunto, pues no lo es, sin embargo, es el primer y único acto que garantizará el cambio que usted necesita. La buena alimentación, el ejercicio físico, la vida sana, no corresponden a ningún tratamiento especial que deba observar por un tiempo determinado. Cuidarse indica una actitud, una posición que se toma un día para después no abandonarla. La recuperación de nuestras formas y emociones ocurrirá dentro de un proceso lento, lamento tener que advertírselo, y los riesgos serán muchos y grandes, pues hemos aprendido desacertadamente de la publicidad y no de la naturaleza la noción de rico y llamativo. No se inquiete, hallará una o más columnas que lo sustenten. En mi caso, la inclinación al dulce (cercana a la avidez) y una digestión perezosa crónica han avivado el desarrollo de una predisposición sin prejuicios para reparar en nuevas alternativas e inmediatamente luego para probarlas.

dsc02745dsc02748Comencé con las ciruelas secas, por las dos razones anteriores, y de allí a los higos negros (casi mis favoritos al día de hoy) pasaron no más que algunos minutos. Comí cáscaras y frutas abrillantadas, damascos secos, dátiles (los más dulces), almendras, avellanas, nueces, pistachos, higos turcos, higos griegos, castañas, etc etc, y los seguiré comiendo…

Un lugar imperdible para conocer y abastecerse de estas encantadoras frutas secas es el negocio de Ángel Leone, fundado en 1927 por inmigrantes sicilianos. Del abuelo al padre y del padre a los nietos la pasión llegó puntual e ilesa a cada generación, completa. Vale la pena verlo. Valen la pena su historia y lógicamente, la variedad y cualidades de los productos que ofrecen con trato cordial, sus propios dueños, detrás de un mostrador de madera, a la antigua…

dsc06298dsc06301dsc06304dsc06316dsc06320dsc06324dsc06323Le dejo algunas ideas válidas para aplacar al monstruo del dulce, bocaditos pequeños, fáciles de preparar, deliciosos, naturales, buenos para usted.
Acabo de contarle mis propias vivencias. Me gustaría que me escriba si está pasando por algo similar o quiere compartir sus reflexiones conmigo.

Golosinas de la naturaleza
Trufas de dátiles, damascos secos y pistachos
Ingredientes:
60 grs pistachos
90 grs almendras
6 dátiles grandes o 10 pequeños (sin carozo)
cáscara rallada de media naranja
50 grs de damascos secos
1-2 cucharadas de jugo exprimido de naranja
pizca de sal marina

dsc06333Preparación:
Procesar ¼ de los pistachos hasta que aún puedan verse pedacitos mínimos pero enteros. Reservar.
Procesar completamente el resto de los pistachos con las almendras y la pizca de sal.
Agregar los dátiles, la cáscara de naranja rallada, el jugo de naranja y procesar. Incorporar los damascos secos y volver a trabajar con la procesadora pero sólo un poco, pequeños pedacitos de damascos deberían quedar visibles.

dsc06346Con una cuchara, tomar una porción de la preparación en la palma de la mano y formar una bolita. Continuar hasta terminar con el resto de la mezcla.
Pasar las trufas por los pistachos picados y conservar en la heladera hasta el momento de servir.

dsc06499Trufas de dátiles, pasas de uva y nueces. Con chocolate.
Ingredientes:
100 grs de dátiles descarozados
100 grs de pasas de uva
100 grs de nueces
2 cucharadas de cacao amargo
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen

dsc06356 (1)dsc06375Para la cobertura:
100 grs de chocolate de buena calidad, derretido
2 cucharaditas de canela en polvo
1 cucharada de miel
1 cucharada de aceite de oliva
50 ml de leche (idealmente de cabra)

Preparación:
Procesar los dátiles junto con las pasas y las nueces hasta lograr una masa homogénea. Rectificar la dulzura de la pasta agregando más pasas o más dátiles si fuera necesario.
Agregar el cacao y el aceite de oliva y procesar.

dsc06381Formar bolitas con la mano, puede ayudarse con una cucharita de las especiales para cortar bolitas de melón y asegurarse de que todas tendrán el mismo tamaño.

Cobertura:
Derretir a baño María el chocolate, incorporar la canela molida, el aceite, la miel y la leche. Mezclar y reservar.

dsc06388Bañar con el chocolate derretido y disponer las trufas sobre papel manteca en la heladera hasta que la cobertura endurezca.dsc06396 (1)dsc06402dsc06419dsc06500dsc06492dsc06487Semillas de girasol dulces
Ingredientes:
200 grs de semillas de girasol peladas
3 cucharadas de miel

dsc06438Preparación:
Tostar por breves minutos en una cacerolita o sartén tapadas las semillas, a fuego bajo, removiéndolas para que no se quemen.

dsc06447Agregar la miel y cocinar hasta que el líquido se evapore y la mezcla comience a solidificar.
Esparcir sobre una fuente o plato grande y dejar enfriar. Se formará un solo bloque grande. Rómpalo con las manos en trozos tan pequeños o grandes como desee.

dsc06456dsc06461dsc06502Almendras escarchadas
Ingredientes:
50 grs azúcar integral
4 cucharadas de agua
100 grs almendras

dsc06453Preparación:
Hacer un almíbar con el azúcar y el agua. Colocar las almendras, mezclar y revolver hasta que se forme una película de azúcar alrededor de los frutos secos. Dejar enfriar y separar las almendras en caso de que se hayan pegado.

dsc06467dsc06469dsc06477dsc06503dsc06482Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)