Letras | Cocina
Ha probado antes la leche de sésamo?
Con nada más que dos ingredientes puede tenerla lista en su mesa, y sólo tres pasos a seguir para su preparación: remojar, colar, licuar. Listo!
Traspasar el umbral de la cocina –cuando para muchos es un acto obligado, carente de cualquier afecto– supone el paso ideal para mí, sugestivo, emotivo, lúdico, que me deja dentro de un ámbito de asombro, dispuesto a toda hora a recibirme. Nos necesitamos. Me llama y acudo. Y es una urgencia correspondida.
Allí mezclar, probar, sufrir, triunfar, medir, ajustar, reinar, sucede en un instante. Desatender la magnitud de esa fuerza? Me libre Dios de esa renuncia. Que a quién se le ocurre tomar leche de sésamo? A mí y a tanta más gente que la prepara con tal cordialidad y buen juicio, que me dieron ganas de compartirle este smoothie (llámese jugo, también, o licuado), pleno de sabor y propiedades nutricionales.
Empezando con el sésamo, que utilizamos hace muy poco en nuestras Cráckers sin gluten, y al cual me aficioné rápidamente después de hallar –como un premio estupendo– amigos de méritos enormes como aquellos de Dale Vida, que producen con conciencia y calidad las semillas y los granos ancestrales transformados por este blog en alimentos que cuidarán de su salud.
Alimentos ricos, claro! Como este smoothie de leche de sésamo, con remolacha, espinaca, arándanos, dátiles o alguna otra fruta seca. Una naranja con su jugo y un poco de miel o azúcar de caña para brindarle más dulzura. Alimentos para fortalecer nuestra sangre. Pues una sangre bien alimentada nutre un organismo sano y resistente, con capacidad y fuerza para desarrollar sus actividades y para responder de inmediato frente a las infecciones.
Hierro, ácido fólico, vitamina B-12 y proteína son los mayores vigorizantes que nos pide a diario la sangre. Entre las verduras más destacadas, por ejemplo, para incrementar el hierro y los niveles de hemoglobina encontramos las hojas verdes, cuánto más verdes y más oscuras más ventajosas, como la espinaca, el kale, las hojas de remolacha, etc. y alimentos rojos como remolachas, cerezas, frambuesas y otras berries. La remolacha, le diré, es uno de los mejores remedios naturales para impulsar el aumento de glóbulos rojos en sangre, capaz de activar la función tan imprescindible de oxigenación celular. Las frutas cítricas como las naranjas, el limón y el pomelo ayudan a fijar el hierro de las verduras y juegan, por tanto, un papel importante en el recuento de células rojas.
Y para culminar: nuestra leche de sésamo, con su alto contenido en calcio, así como de minerales necesarios para su correcta asimilación en el organismo como el silicio, el cinc, el fósforo, el cobre, el magnesio, el boro.
No deje de preparar este smoothie. Construya su sangre!
Smoothie de leche de sésamo, remolacha, espinaca, arándano y naranja.
Un smoothie ideal para la hora de almuerzo, una idea óptima para el desayuno o una alternativa distinta para una cena ligera.
Ingredientes:
Para la leche de sésamo: (para 250 ml de leche preparada)
100 grs. de semillas de sésamo
250 ml de agua
Para el smoothie: (para 1-2 personas)
125 ml de leche de sésamo
50 grs. de arándanos
2 dátiles
65 grs. de remolacha (1 pequeña)
40 grs. de espinaca (1 bowl mediano)
1 cda. de miel o 2 de azúcar mascabo para endulzar
1 naranja
Preparación:
Para la leche de sésamo:
Remojar las semillas de sésamo en agua durante la noche anterior.
Por la mañana colar, descartar el agua y licuar con la misma cantidad de agua limpia.
Pasar la preparación por un lienzo y reservar la pulpa.
Yo preparé, con esta pulpa, dos clases de tortillas, una agregándole sólo aceite de oliva, sal y un poco de la leche de sésamo y otra con el agregado, además, de un poco de harina de arroz. Luego a la sartén unos minutos por cada lado y listo. Adictivas!
Guardar en la heladera. Esta leche se conserva durante 4-5 días.
Para el smoothie:
Colocar en la licuadora la remolacha pelada y cortada en trozos, los arándanos, los dátiles descarozados, la espinaca lavada y escurrida, la naranja pelada y cortada en trozos y la leche de sésamo.
Licuar bien. Endulzar con azúcar mascabo o miel (lo que más le agrade) y volver a licuar. Probar y rectificar dulzura si fuera necesario.
Consumir sólo o en un bowl terminado con almendras tostadas y picadas o con el crujiente del que disponga a mano (semillas de girasol, de sésamo tostadas, polen de abejas, etc.).
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)