Letras | Cocina
Un sándwich debiera ser capaz de amparar un mundo entre dos panes: un mundo vivo de color y texturas, pleno de sabor y aromas…
Confieso haber logrado en este sándwich un maridaje altamente atractivo de los ingredientes que lo componen. Un sándwich debiera permitir, también, prepararlo en menos tiempo que aquel que requiere un plato de comida, y si de algo ha de ayudar en este cuento la opinión de una cocinera y servidora, hágame caso, no sume por sumar, no mezcle los restos olvidados que ha dejado en su heladera quién sabe desde qué fecha, o no llame claramente sándwich al resultado de esa unión valiosa, por un lado, créame, para aprovechar lo que jamás se tira, pero infructuosa para llamarla sándwich. O cómo nombraría usted a una pila infinita de sobrantes de cualquier tipo?
En la cocina como en las letras, menos es más siempre! Menos y de calidad. En ello reside la fórmula de una comida rica y además sana. Menos para conseguir saborear la individualidad de cada elemento, y allí la calidad al desnudo mostrará su nobleza y su estirpe, y lo hará un poquito más feliz después de cada bocado…
Prosciutto crocante, horneado al punto justo de crujir en un mordisco. Pesto cremoso de albahaca, rúcula fresca, gruyere intenso. Y vamos a lo que a usted le importa: la receta. Prepárela en casa!
Sandwich de prosciutto crocante, con gruyere, rúcula y pesto de albahaca
Ingredientes: (para 2 sandwiches)
50 grs de prosciutto
80 grs de queso gruyere
100 grs de pesto de albahaca
un puñado grande de rúcula
pan de su elección
Para el pesto de albahaca:
1 ramillete grande de albahaca fresca o 2 pequeños
½ ramillete de perejil
50 grs de nueces
2 dientes de ajo asados (al horno envueltos en papel aluminio)
2 cucharadas de jugo de limón exprimido
1 cucharadita de ralladura de cáscara de limón
1 cucharada de queso rallado
sal marina c/n
½ taza de aceite de oliva
Preparación:
Colocar el prosciutto en una placa para horno. Cocinar a fuego moderado durante 5-6 minutos por lado, hasta que endurezca. Retirar y dejar enfriar en la misma placa.
Cortar el queso en finas láminas. Lavar la rúcula. Reservar.
Trabajar en procesadora o minipimer los ingredientes del pesto. Reservar.
Untar ambas mitades de pan con el pesto. Sobre el pan de base agregar la rúcula, luego el prosciutto crocante, una lámina de queso gruyere y terminar con el segundo pan untado.
Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)