Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

Letras | Cocina

Un plato saludable, delicioso y además, para mi gran fortuna, fotogénico. Qué otra cosa podemos pedirle?

El poke bowl es un plato de moda, convertido en tendencia rápidamente a partir del año pasado, cuando comenzó a expandirse en Estados Unidos desde su país de origen, Hawai. Para los hawaianos, el poke bowl no constituye una moda ni tampoco tendencia, más bien un plato básico que han preparado durante siglos.

Esencialmente es una propuesta ligera: atún crudo cortado en trozos y condimentado con sal marina, chile, algas y una pasta llamada inamona hecha con una nuez local, el kukui. Nada más. Pero el ingenio o la dificultad –en muchos casos– para hallar pescado fresco o algas o el aceite han llevado este plato a mostrar numerosas y variadas versiones, desde bowls con pollo, mariscos o carne hasta alternativas vegetarianas y veganas, por lo general servidas sobre una base de arroz o algún otro cereal cocido.

La opción de cocinayletras contempla el trigo sarraceno, recuerda que lo usamos anteriormente para preparar un desayuno? Si relee dicha publicación podrá conocer más sobre este antiquísimo pseudo-cereal. Aquí le dejo el link Desayuno RAW: trigo sarraceno y nuez pecan. Gluten free!

Para aprovechar las propiedades infinitas de este “superalimento” nuestro poke bowl de hoy será una base verde de brócoli y sarraceno, más ensaladas crujientes para morder y sacarse las ganas y dos o tres sabores extra que harán de este plato una verdadera delicia. Sin siquiera notarlo, llegará al fondo del bowl en menos tiempo del que supone…

En Estados Unidos se multiplican diariamente los restaurantes que ofrecen poke bowl. Llamados también pokerías, suelen basarse –en la actualidad– en el concepto de “hazlo tú mismo”, que permite escoger al cliente de qué manera y con qué alimentos prefiere armar su bowl. Perfecto para comer sano, rico y a buen precio.

Vamos directo a la receta!

Poke Bowl de trigo sarraceno y vegetales, con emulsión de oliva picante

Ingredientes:
200 grs de trigo sarraceno
agua de cocción c/n
1 brócoli pequeña
aceite de oliva c/n
sal marina c/n
cáscara rallada de 1 limón
2 cebollas moradas medianas

 Para la ensalada crujiente:
repollo picado
zanahoria rallada
tomates cherry
tomates secos hidratados en oliva
pepino cortado en finas rodajas
1 palta cortada en cubitos

 Para la emulsión de oliva picante:
1 cda. de aceto balsámico
2 cdas. de aceite de oliva
½ cdta. de sal marina
¼ cdta. de ají molido
unas gotas de jugo de limón

Preparación:
Colocar en un recipiente el trigo sarraceno, cubrir con agua y dejar en remojo durante la noche anterior. Al día siguiente, colar y enjuagar. Llevar agua a ebullición en una cacerola y agregar el trigo sarraceno. Cocinar a fuego moderado durante 5 minutos. Colar nuevamente y reservar.

Separar las puntas de las flores de la brócoli con ayuda de un cuchillo. El resto de la brócoli la usamos para ensaladas, rellenos de tartas, fritatas, etc. NO SE TIRA!

Mezclar el trigo sarraceno cocido con las flores de brócoli, condimentar con sal marina, la cáscara rallada del limón y abundante aceite de oliva. Cortar en rodajas finas la cebolla morada y llevar a horno fuerte, en la misma asadera, junto al trigo y la brócoli para aprovechar el horno.

Cocinar hasta que las cebollas estén doradas por ambos lados. Retirar del horno y servir con la ensalada y la emulsión de oliva picante.

Para la ensalada crujiente:
Rallar y picar los vegetales. Puede usar los vegetales que más le gusten y condimentarlos con una vinagreta de aceite de oliva, jugo de limón o vinagre de manzana y sal marina.

Para la emulsión de oliva picante:
Mezclar el aceto balsámico, el jugo de limón y la sal marina. Revolver hasta disolver la sal. Agregar el aceite de oliva, revolviendo siempre, y por último el ají molido picante. 

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Panna cotta de enebro y caramelo

Panna cotta de enebro y caramelo

Letras | Cocina

La panna cotta es un postre fácil de preparar y rico. A esta versión le añadimos enebro, salsa de caramelo líquido y algunas avellanas confitadas. Delicia!

El postre es una tregua suave que nos separa del resto de la comida… y del mundo. Es un paréntesis, una merecida cuota de dulzura que nos compone hasta el humor, nos relaja y nutre, nos alegra.

Hace poco regresé del mar. El mar y el postre, cuánto se parecen! En verdad, el mar es un postre que nos ofrece una tregua ancha para bajarnos del mundo, como decía una amiga mía en medio de cualquier agobio.

A mí denme postre y denme mar! Siempre. Que de agobios sabemos bastante, y entenderlos se vuelve muy confuso en la vorágine de situaciones por resolver que no admiten tiempo para argumentos ni distracciones.

La panna cotta es un postre hermoso, ligero y flexible. De origen italiano, dicen algunas historias, del Piamonte que vio nacer a mis ancestros. Hoy la presentamos con un sabor distinto, con ayuda del enebro y su aporte esencialmente amargo, luego cítrico y al final dulce, con cierta nota balsámica (o a cacao amargo, como apuntó un amigo y leal catador de mis recetas).

El enebro es la baya de un árbol presente en casi todo el hemisferio norte. Es el ingrediente principal de la ginebra y participa también en la elaboración de otras bebidas alcohólicas. Se utiliza en cocina para adobar carnes y guisos en general. Las bayas de enebro, conocidas como enebrinas, tienen un aroma a resina, de color púrpura oscuro y un sabor amargo con matices dulces, cítricos y resinosos. Las encontramos ya disecadas, en dietéticas o tiendas de repostería.

Y por qué no darles uso en un postre?
Aquí vamos en con esta receta distinta, que primero habrá que animarse a probar para luego, entonces, emitir un juicio.
Espero sus comentarios…

Panna cotta de enebro y caramelo

Ingredientes:
1 litro de leche (idealmente de cabra o vegetal)
4 bayas de enebro disecadas
2 cdtas. de extracto de vainilla
150 grs. de azúcar orgánico
28 grs de gelatina sin sabor
100 ml de agua tibia

Para la salsa de caramelo líquido:
100 grs de azúcar orgánico
agua c/n
Para las avellanas confitadas:
100 grs de avellanas
100 grs de azúcar orgánico
2-3 cucharadas de agua

Preparación:
Untar los moldes con aceite vegetal, idealmente de coco. Esto facilitará el proceso al momento de desmoldar la panna cotta.

Disolver la gelatina en el agua tibia. Reservar.

Llevar a fuego moderado en una cacerola la leche, las bayas de enebro machacadas y el extracto de vainilla.

Mientras la leche se calienta, realizar un caramelo con el azúcar orgánico y apenas un chorrito de agua. Cocinar hasta que tome un color dorado.

En este punto y con mucho cuidado, verter la leche caliente (previamente colada para descartar las bayas de enebro) sobre el caramelo y revolver hasta que se disuelvan los grumos que pudieran formarse.

Por último, incorporar la gelatina y mezclando bien hasta amalgamarla con la preparación.
Verter en moldes individuales y llevar a la heladera. Endurecen en 1-2 horas.

Para la salsa de caramelo:
Llevar a fuego moderado-bajo el azúcar orgánico hasta que tome color caramelo. Agregar agua hirviendo y revolver hasta disolver los grumos. La cantidad de agua depende de la densidad que se desea en la salsa. Para 100 grs de azúcar corresponden aproximadamente 80-100 ml de agua. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Para las avellanas confitadas:
Pinchar las avellanas por su parte plana, dejando la punta hacia abajo. Preparar un caramelo con el azúcar orgánico y el agua. Cocinar hasta que tome color dorado.
Retirar del fuego y llevar a baño de María inverso, es decir, con agua fría y cubos de hielo para detener la cocción. Tomar las avellanas por el palillo y pasarlas por el caramelo. Dejar solidificar y retirar el palillo.

Desmoldar la panna cotta poco tiempo antes de servirla. Acompañar con la salsa de caramelo y algunas avellanas confitadas.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)