Torta «ángel» para la mujer ángel

Torta «ángel» para la mujer ángel

 Letras | Cocina

dsc05218Hay que animarse a contar las cosas buenas de la vida. Hay que tener coraje. Mucho.
En mi caso, que en la realidad soy una persona indecisa e insoportablemente insegura, aquí, en la luna en la que quisiera vivir –aspiración que me concierne según hablan los que me conocen–  no me ando con remilgos. Me abandono a la tarea de contar lo mejor de lo bueno, sin ninguna vergüenza. Las malas noticias que las cuenten los prácticos, los reales, los analíticos. Las malas noticias han ocupado el lugar que les pertenecía a las telenovelas, a las series ingeniosas, a los programas creativos dirigidos a los niños, al libro gordo de Petete, al Topo Giggio y a Hijitus, a los programas de tango, de campo, de moda. Una mala noticia contada repetidas veces seguirá presente en los medios tanto como cuánto es de elástica la eternidad. O hasta una próxima desgracia.

En mi esquina se suceden con escandalosa frecuencia. Accidentes de coches cuyos choferes se niegan a frenar. El signo PARE que obligaba hacerlo en una de las dos direcciones fue removido supongo que por inútil.

En esta esquina me encontraba mirando hacia los cuatro costados, cuando los golpecitos de dos bastones blancos me sugirieron detenerme. Era una pareja, que no podía ver el riesgo que se multiplicaba delante de sus ojos, el tráfico era un serpenteo de espíritus inquietos y con muy poca educación, y cruzar la calle parecía misión difícil, hasta para mí, que me jacto de la misma vista de lince de mi tía Celina antes de la diabetes. Indecisa e insegura, me tomó un instante interpretar sus movimientos, examinando el momento preciso para intervenir sin incomodarlos. Un imperceptible segundo después, me conmovieron la agilidad y la humanidad de la mujer ángel que llegó en su auto, bendita sea, a poner fin al vilo en el que nos hallábamos la pareja y yo. Bajó de su coche, lo dejó en marcha y con la puerta abierta, tomó del brazo a los invidentes, levantó la mano con autoridad para impedir completamente la circulación y los dejó a salvo y en destino. Regresó al auto, y al pasar, me miró con el desdén que merecía. Inmóvil, abatida, pasmada, esperé a recobrarme y seguí mi camino.

Quién sabe si la mujer ángel esté leyendo este blog. Quién sabe si mi deseo pueda convertirse en una irrealidad. Si me está leyendo, le digo, a usted, que me perdone, en mi nombre y en el de todos los que no atinaron a nada, como yo. Me perdone la insensatez, la miseria, me perdone la falta de lo que a usted le sobra.

Le dedico una receta dulce, a lo mejor ayuda a que me perdone más rápido…

Mini-Torta “ángel” de avena en grano y limón

limonesIngredientes:

Para la torta (molde de 11cm de diámetro, duplicar las cantidades para uno de 22cm)
1 taza de avena en grano *
½ taza de harina de arroz integral
2 cdtas. de polvo de hornear
una pizca de sal
1 huevo
3 cucharadas de azúcar mascabo
3 cucharadas de miel
3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
2 cucharadas de jugo de limón exprimido
cáscara rallada de ½ limón

dsc05164Para la cubierta
½ clara
2 cucharadas de azúcar integral
1 cucharada de miel
1 cucharada de jugo de limón exprimido

Preparación:

Pasar la avena en grano por un molinillo de café o procesadora hasta lograr consistencia de polvo. Incorporar la harina de arroz integral, la pizca de sal y el polvo de hornear. Reservar.
Batir el huevo con el azúcar hasta disolver sus cristales. Agregar la miel, el aceite de oliva, el jugo de limón y la cáscara rallada y seguir mezclando.
Verter los ingredientes secos en dos etapas hasta unirlos en una preparación cremosa. Volcarla en un molde previamente pincelado con aceite de oliva y estacionado durante unos minutos en el freezer.

dsc05185Cocinar 25 minutos en horno moderado o hasta que la superficie tome un color levemente dorado.

dsc05202Retirar del horno, dejar enfriar y decorar con la cubierta. Para ello, batir la clara para romper el ligue y separar la mitad (que usaremos en otra preparación). Seguir batiendo hasta que forme picos firmes y agregar el azúcar, la miel, y el jugo de limón. Continuar hasta que tome un color brillante.

dsc05223* Avena en grano

Los granos enteros son las semillas de avena que conservan las tres partes que los componen. Si la semilla ha sido procesada (molida, picada, triturada y/o cocida), el producto final deberá contener aproximadamente la misma composición de nutrimentos que se encuentran en la semilla del grano original.

COMPONENTES DE LOS GRANOS ENTEROS

Salvado: Es la capa externa del grano compuesta a su vez, por multicapas que recubren el resto de la semilla para protegerla de la luz solar, agua, y enfermedades propias de la planta. Del  50 al 80% de la composición del salvado es:

  • Fibra dietética insoluble y soluble
  • Vitaminas del complejo B
  • Oligominerales como hierro, cobre, zinc y magnesio

Endospermo: Es la parte media del grano.  Es la parte que le proporciona energía a la semilla para su ciclo de vida natural, por lo que es rica en almidón. Es la proporción más grande del centro de la semilla y representa aproximadamente el 85% de su peso. Contiene:

  • Proteínas
  • Carbohidratos complejos como almidón

Germen: Es la parte interna del grano y es un componente menor en el peso del grano . Aporta nutrimentos como:

  • Antioxidantes y fitonutrientes
  • Vitaminas del complejo  B y Vitamina E
  • Minerales
  • Proteínas
  • Grasas monoinsaturadas

Los Granos Enteros pueden ser consumidos enteros, triturados, partidos o molidos para convertirlos en harina o usados para hacer panes, cereales y otros alimentos procesados

RECUERDA: Los Granos Enteros conservan las tres partes del grano, por lo que aportan carbohidratos, fibra dietética, vitaminas del complejo B, antioxidantes, fitonutrientes (esteroles y estanoles) y minerales como hierro, magnesio, zinc y cobre.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Los cítricos de mis nonas

Los cítricos de mis nonas

Letras | Cocina

El invierno se lleva las hojas. Nos trae los cítricos.

dsc05103A mí el frío me lastima, me castiga la piel que llevo expuesta con el filo de su hielo y de su viento, y al resto de la piel, la que anda bajo indecibles capas de abrigo, la deja en igual desamparo. Me lastima, sí, me aletarga, me pone lenta.

dsc05134dsc05128Una amiga que vive en el sur de Chile, clima de poco sol e insistentes lluvias, dice chocarse con la mismísima vida cada vez que el ímpetu puntiagudo del frío de su ciudad, Puerto Varas –que fue mía también durante un tiempo– la encuentra al pasar y la golpea en sus calles en el ir y venir de sus quehaceres. Entiendo su emoción, y comparto la complacencia de hallar la vida, sin cita previa, en la calle, como quien se demora unos minutos a conversar con un vecino. A mí me sucede con el sol, con su aire tibio, su luz que no da tregua y que nos deja los ojos en negro para mirar a lo demás. Yo los cierro y lo dejo pasar hasta el fondo, le entrego la piel para que la arrugue y le ponga un color más favorable al pálido natural que disimulo con rubor y constancia diaria.

El invierno…

dsc05101Otorguémosle algún encanto. Mi vecina acaba de cumplir 81 y sólo bajo un frío insalubre es capaz de taparse el escote hundido en V que presume desde que se le hiciera grande el pecho. El calor ardiente le perturba la conducta y el carácter. Como a otros.
Cocinar en el horno con comodidad y el ánimo en alto es beneficio propio del invierno. Dormir arropados, tomar una sopa, tomar té o café o chocolate. Comerse el ombligo de la naranja de ombligo, pelar sin cuchillo la mandarina, masticar la cáscara del quinoto y tirar la pulpa. Sí, indudablemente, los cítricos. Ellos me han traído hasta aquí para hablarle a usted sobre las razones que me hacen no gustar del invierno. Sin embargo, los cítricos, y en especial un naranjo que crece en una vereda cercana a mi casa, si desprenden su aroma exótico alimonado y dulzón, se me hace fijo entre los dedos hasta el final del día, se me hace la casa de mi nona, María Felisa, madre de mi madre, con su gran patio y sus plantas de mandarinas y naranjas, se me hace que estamos ahí, con mi madre en una tarde fría y soleada, sentadas cada quien en su sillón hamaca, bajo los árboles del patio, eligiendo y comiendo el fruto más maduro, guardando las cáscaras sobre la falda para el festín que después se daban las gallinas.
Se me hace la casa de mi nona Teresa, madre de mi padre, juego a las escondidas con mi hermano y mis primos y arranco algunos quinotos mientras corro a mi escondite.

foto-nonas-blogSe me hacen mis nonas, también una lágrima, alimonada y dulzona, y me la trago. Y doy gracias, por la infancia libre, el amor devoto de mi madre, la disciplina del campo que nos enseñó mi padre, la vida en el campo que conocimos temprano, sus privilegios y rigores, su infalible ciencia.

A estas alturas, se me hace el invierno un poco más gentil…

 

Mi nona María era naturalmente complaciente y dócil, compuesta de almíbar, hermosa y blanda, para hundirse en su regazo y creerse en alguna nube. Vestía batón de mangas cortas y saco de lana grueso en la época invernal. No le hacía falta más. Gordita y elegante nunca usó pantalones, ni faltó a misa de domingo, con frío o sin él. Lo que más odiaba era el viento, porque le echaba a volar la pelusa que tenía por pelo y le preocupaba llegar a misa desaliñada. Me quiso con despropósito.
Mi nona Teresa vivió postrada en una cama. Así la conocí. Su columna se portó muy mal con ella, le permitía caminar hasta la silla del comedor y de regreso al cuarto, y punto. Me quiso durante las intermitencias que le concedía su enfermedad, pobre nona…

dsc05038Resolver un recuerdo con una preparación es una forma –a mi modo de ver– económica y eficaz para templar la nostalgia. Fui a la verdulería y compré quinotos, e hice un dulce con las memorias y otros ingredientes del aparador que resultó delicioso, discúlpeme la modestia. Total, le dejo todo explicado para que también lo disfrute.
Me hice más amiga del invierno, debo confesarle. Dos nonas y un regazo valen la fuerza de voluntad para ponerme de su lado. O al menos para juzgarlo más escrupulosamente. Hoy, la ventaja es suya. Le debo un día con mis nonas. Un favor sin dimensiones.

Y a usted, le gusta el invierno?

dsc05080Dulce de quinotos  (para 400 grs de producto terminado)

Ingredientes:
500 grs de quinotos
200 grs de azúcar mascabo *
70 grs de miel orgánica

Lavar los quinotos y cortarlos por la mitad. Quitarle las semillas y apretarlos entre los dedos dentro de la cacerola en donde los vamos a cocinar para que vuelquen su jugo. Agregar el azúcar y la miel y llevar a fuego fuerte hasta que rompa hervor. Continuar a fuego mínimo, revolviendo cada 3 o 4 minutos hasta lograr la consistencia deseada.

dsc05050Prefiero la fruta en su forma y aún al dente. Si usted busca la suavidad de la mermelada, agregue un poco de agua y siga cocinando. Aplaste con un pisapapas cuando la mezcla se vuelva tierna y cocine por unos minutos más hasta que se amalgamen los sabores.

dsc05067*El azúcar mascabo es un azúcar de caña integral, no refinado. Tiene un color marrón oscuro y una gran cantidad de melaza lo que le da un gusto muy particular así como una textura pegajosa.  Nos aporta vitaminas del tipo B (B1 y B2) y altos contenidos de Vitamina A. Su color amarronado se debe a la presencia de fibras solubles de fácil absorción y digestión. Posee menos calorías que el azúcar blanco.
Se consigue en dietéticas.

dsc05066Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Italia es una madre…

Italia es una madre…

_T8O6983Italia es una patria, una madre, un cobijo para mí, y una razón para volver siempre, desde que estuve por primera vez hace pocos años atrás. Con gran desorden regresé de mi viaje sonriendo desde el estómago, feliz y despreocupada, tan pero tan feliz que yo, con poca costumbre -por naturaleza y carácter y otros etcéteras que vinieron luego- a cualquier ostentación del júbilo, llegué hablando casi profesionalmente de la real alegría, incomprendida por todos, imagínese usted. Qué importa.

Viajes como chiles robustos que nos invaden apenas morderlos. Y dígame entonces, quién nos saca su presencia de la boca y de la sangre? Quién puede enjuagarse un viaje de la piel como si tal cosa? Viajes que nos dejan parados en una realidad más bella y muy difícil, pues su carga atroz de energía nos embarca en veintiún proyectos nuevos que harto trabajo requerirán de nosotros; viajes que nos dejan perdidos en un aire enamorado de recién; o nos encuentran enlazando el futuro, un plan tras el otro, sin objeciones. Todavía nos son posibles los sueños?, me digo mientras sueño con el próximo viaje…

mayo-18-cortona-walking-tour-014Viajes que nos hacen de amigos para siempre. Encontré algunos. Bendición. Tesoros como reliquias para conservar con todos sus cuidados.

dsc01475Viajes en los que habría que invertir hasta el honor que nos llevamos, el de uno y el de quien nos acompaña, si conseguimos con los dos alargar la estadía.

Viajes que debieran ser obligatorios. Viajes que nos cambian, que nos atemorizan. Viajes que nos exigen ser mejores, doblemente generosos, más precisos de ropas, más livianos de angustias.

dsc035911Incomprendida por muchos, sigo acá feliz, contando, hilarante, lo inexplicablemente bello de estos viajes a Italia, complacida en la abundancia de tales recuerdos, y más aún pendiente del milagro de mañana…

dsc03743

firenze-mercado-comprando-higosMarisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)