Risotto de portobellos, con cerveza roja y oliva

Risotto de portobellos, con cerveza roja y oliva

Letras | Cocina

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cocinayletras es un blog moderado, concebido con un juicio discreto sobre aquellos alimentos y sus recetas que considero puedan ser útiles para abordar (sea usted, sea toda persona interesada) un camino de transición dócil hacia una alimentación saludable.

Hoy cocinamos con alcohol. Es saludable? Objetará usted… Sí y no tanto. El alcohol es una fuente de energía. Y también una droga. En cantidades moderadas nos permite la libertad de expresar emociones sin timidez y sin reparos. Pero en grandes cantidades es un narcótico y, como tal, debilita el funcionamiento de nuestras células cerebrales. Será usted quien decida, hoy y en todo momento, si mejor lo disfruta o, por el contrario, lo padece.

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En cualquier caso, evite las bebidas baratas, producidas en masa y de baja calidad. Tome poco y bien, no y nunca para evadir con ello sus preocupaciones, hágalo por el placer mundano de paladear el sabor intenso de una bebida elaborada hábilmente, con dedicación, en forma artesanal, respetando su herencia de lugar y de tierra, su propia cultura. El contraste entre alcoholes baratos y buenos es triste, aunque también justo y necesario para distinguir el mérito o las faltas del elaborador.

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Nuestro risotto contendrá un pequeño agregado de cerveza, de marca Larsen, argentina, producida en la ciudad de La Plata, sin conservantes ni aditivos, que respeta los principios genuinos de la elaboración de cerveza artesanal en base a la combinación de agua, cebada malteada, lúpulo y levadura.

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El alcohol es utilizado en la cocina en una amplia gama de preparaciones. El cocinero se sirve de él para agregar acidez y un cierto tono de dulzura a su plato, y porque el alcohol, debido a su composición, intensifica la liberación natural de los aromas propios de los alimentos –siempre que sea añadido en concentraciones muy bajas, de lo contrario causará el efecto opuesto, inhibiendo su liberación en el aire.

De modo que una pequeña cantidad de cerveza añadida a nuestro risotto aportará atisbos levemente picantes y acentuará la dulzura intrínseca de las cebollas y del arroz integral, producto flexible y de adaptación fácil a combinaciones tanto dulces como saladas, o agridulces, etc.

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Cada quien tiene su forma y sus mañas para preparar el risotto. La mía, contrariamente a los elementos que incluyen las recetas habituales, es la de obviar el uso del caldo como ingrediente líquido para hidratar el arroz y reemplazarlo por agua caliente. Es indiscutible que el caldo enriquecerá el sabor del risotto infundiendo sus características de carne, verdura, ave o del componente con el que se haya elaborado. Sin embargo, en cocciones medianamente largas y con ingredientes honestos como los de la receta de hoy, prefiero un sabor final limpio, más simple, que me permita demorar el bocado y analizar en un breve respiro el gusto original de sus componentes: la suavidad insípida, neutral, pegadiza del arroz; la dulzura de caramelo joven y el picor de las cebollas; el sabor fresco del portobello, delicado y sugestivo; la sutil contribución del apio y, en nuestro caso, la acidez y el amargor cordiales de la cerveza, único agregado, aparte del laurel y el jengibre, para ligar con sello propio la armonía del conjunto.

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De todos modos, repito, hoy y en todo momento, es usted quien decide. Pero si escoge la versión del caldo, por favor, que sea casero!
Aquí mi receta.

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Risotto de portobellos, con cerveza roja y oliva

Ingredientes: (2 personas)
150 grs. de arroz integral yamaní
150 grs. de hongos portobello
1 cebolla morada
2 ramas de apio
100 ml de cerveza roja
750 ml de agua para cocinar el arroz yamaní
agua para cocinar el risotto c/n
3 hojas secas de laurel
2 cdtas. de jengibre seco molido
50 ml de aceite de oliva
sal marina c/n
pistachos picados c/n

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Preparación:
Remojar el arroz con el agua durante al menos una hora (esto facilitará y acelerará su proceso de cocción). Llevar a hervor y luego bajar el fuego. Seguir cocinando hasta que el agua reduzca ¾ partes del total y el arroz se sienta, al probarlo, un poco más firme que al dente. Reservar sin descartar el agua.

En cacerola aparte rehogar brevemente la cebolla y el apio cortados en brunoise, sin dorar, sólo hasta que alcancen un color transparente. Condimentar con sal y agregar la cerveza, las hojas de laurel y el jengibre. Continuar la cocción a fuego moderado-bajo hasta que el alcohol evapore.

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Añadir el arroz pre cocido con su agua (esta agua posee el almidón que necesitamos para lograr una consistencia cremosa, no se olvide que estamos trabajando con arroz integral, de textura diversa a aquella del arroz blanco). Llevar a hervor.
Seguir cocinando, revolviendo siempre. Luego de unos minutos añadir los hongos portobello finamente picados.

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Comenzará a faltar el líquido en la preparación, adicionar entonces y de a poco por vez el agua caliente, sin dejar de revolver. Cuando el arroz, sin perder textura, esté completamente cocido, apagar el fuego y terminar el risotto vertiendo lento el aceite de oliva y mezclando enérgicamente. Dejar reposar por unos minutos.

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Servir con terminación de pistachos picados.

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Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

 

Hamburguesas de aduki con arroz crocante y chimichurri

Hamburguesas de aduki con arroz crocante y chimichurri

 Letras | Cocina

img_1670La hamburguesa de porotos aduki podría ser un buen recurso para aquellos que estén pensando en suprimir o, al menos, disminuir, el consumo de carne en sus dietas cotidianas. No voy a repetir las causas, tantas veces ya dichas, que hacen de la carne un elemento de poca bienvenida en nuestro sistema digestivo. Solamente un dato, que apela a su buen juicio, para que considere comerla en menor cantidad o combinarla mejor: los animales carnívoros, como el león, por ejemplo, tienen saliva ácida, necesaria para destruir la carne antes de que ésta pase al estómago. La saliva humana, en cambio, es alcalina, incapaz de romper las moléculas de proteína demasiado grandes de la carne, provocando consecuentemente un fuerte trabajo y desgaste del estómago. Los animales carnívoros tienen intestinos cortos y rectos, listos para expulsar rápidamente aquello que se pudre. Nuestros intestinos, de casi 8 metros de longitud, albergan la comida indigerible por largo tiempo, y su fermentación crea molestias y considerables riesgos para la salud.

Como siempre digo, la moderación es esencial y la decisión final será suya. Me alegra poder sugerirle, en base a la experiencia, opciones de comida saludable sin el ánimo de predicarlas, sencillamente dejarlas a su alcance para cuando usted las necesite y esté convencido de que le harán bien y, por tanto, a su familia.

img_1696-ay-fidelaHasta los 17 años no comí una sola de las legumbres que han pasado por este blog. Nacida en una pequeña ciudad agrícola y carnívora, consumí todo tipo de carnes y todos sus derivados. Cuando mi querida amiga Elba sirvió lentejas durante un almuerzo, agradecí en silencio el haber aprendido de mis padres a comportarme con educación, en casa no se podía decir no quiero o no me gusta frente a ningún plato, porque eso era de gente delicada y nosotros no teníamos nada en común con ellos. Probé las lentejas y las devoré. De ahí en más intercambiamos sus recetas y productos de ciudad por los míos de campo, regionales y caseros. Yo proveía los chorizos y otros embutidos, recién salidos de las carneadas del campo de mi padre –una costumbre que muy pocos conservan– y los colgábamos en el lavadero del fondo, midiéndolos con una regla, entre risa y broma, para comprobar si algún osado se había servido alguna tajada de más.

En una ocasión, para un 8 de diciembre, cuando en casa de Elba se adornaba el árbol de Navidad y se celebraba con una comida en familia, le pedí a mi madre que me enviara por encomienda una pata de chancho congelada. Ella, condescendiente siempre, la envolvió bien, la puso en un bolso de tela firme y la depositó en la estación de ómnibus de San Jorge, desde donde el chancho viajó esa misma noche los 500 kilómetros necesarios hasta llegar a Buenos Aires. El bolso era tan cómodo que retiré el paquete al otro día, me lo colgué del brazo y lo acarreé en el colectivo hasta el departamento, con el brazo aferrado de la mano al caño del bus para no caerme y el chancho aferrado al bolso y a mi hombro por la misma razón.

De las lentejas anduve incursionando después en las ensaladas, cometí los primeros estragos en la cocina al abandonar la casa de Elba para vivir independientemente, encontré la macrobiótica, más tarde la dieta de proteínas, etc etc etc. Usted ya sabe, moderarse es tanto mejor que obstinarse.

img_1670El poroto aduki es una leguminosa rica en minerales y vitaminas, de menor valor energético que el resto de las legumbres y además es muy pobre en grasas. Facilita el proceso digestivo y favorece el desarrollo de la flora intestinal. Protege el corazón y el sistema nervioso, entre otros beneficios. Es importante saber que cuando lo acompañamos con algún cereal enriquecemos  la calidad de las proteínas que nos aporta, las potenciamos. Por eso incluiremos el arroz yamaní en esta preparación, del cual hemos hablado en varias oportunidades, como en la entrada del Yakimeshi. Arroz japonés, o el arroz integral con leche de coco, por nombrar algunas.

El poroto aduki se amalgama bien en guisos, sopas, ensaladas y risottos (en este último caso deberá cocinarlos al dente antes de usarlos), y son tan dóciles que, al igual que el arroz integral, podemos elaborar con ellos platos dulces con excelente resultado (más adelante presentaremos aquí alguna idea de postre hecha a base de este poroto).

Me gusta la comida sana, pero no la como si no está rica. Confíe en mi receta. Hágala y cuénteme…

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Hamburguesas de aduki con arroz crocante y chimichurri

Ingredientes:
1 ½ tazas de porotos aduki
6 tazas de agua (para cocinar los porotos)
1 ½ tazas de arroz integral yamaní
4 ½ tazas de agua (para cocinar el arroz integral)
1 taza de orégano fresco picado
1 taza de perejil fresco picado
50 grs de tomates secos
¼ taza de cebollita de verdeo picada
2 cdtas. de ají molido
sal y pimienta c/n
aceite de oliva c/n
100 grs de sésamo integral

img_1488img_1499Para el chimichurri:
2 cdas. de orégano fresco picado
2 cdas. de perejil fresco picado
1 cdta. de cebollita de verdeo picada
cáscara rallada de medio limón
3 cdas. de jugo de limón exprimido
50 ml de aceite de oliva extra virgen
sal y pimienta c/n

img_1522img_1607Preparación:

Lavar por separado los porotos y el arroz, haciendo remolinos en el agua con las manos para que suba cualquier impureza que pudieran traer adheridos. Descartar el agua y dejar ambos en remojo durante toda la noche, en recipientes distintos, con la cantidad de agua indicada. Por la mañana llevar a hervir y luego cocinar a fuego suave durante 30 minutos aproximadamente el arroz con una cucharada de sal marina y 45 minutos los porotos con una hoja de laurel, o hasta que ambos, al probarlos, se sientan tiernos (la sal endurece demasiado el poroto y retardaría el proceso de cocción). El arroz consumirá prácticamente toda su agua. Si no sucediera desechar el agua restante, también aquella de los porotos. Dejar enfriar y reservar.

Remojar los tomates secos en agua caliente. Cuando estén hidratados descartar el agua y estrujarlos bien para que no agreguen líquido a las hamburguesas.
Picar finamente el orégano fresco, el perejil, la cebollita de verdeo y los tomates ahora hidratados. (Retirar en bowl aparte, para el chimichurri, 2 cucharadas del orégano picado, 2 de perejil y una de la cebollita de verdeo). Reservar.

img_1539img_1552Procesar 3 tazas de porotos cocidos con una taza de arroz integral hasta formar una pasta homogénea.

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Añadir, sin procesar, las verduritas picadas, sal marina y pimienta a gusto y las 2 cdtas. de ají molido. Mezclar y dejar descansar en la heladera al menos media hora para facilitar el armado de las hamburguesas.

img_1575Disponer en un plato el sésamo integral (usé una mezcla de sésamo blanco e integral, funciona de igual manera, utilice el que consiga). Con las manos apenas humedecidas formar hamburguesas no demasiado grandes y rebozar por ambos lados en las semillas de sésamo. Retirar la placa de la heladera, verter un chorrito de aceite de oliva en el fondo y disponer las hamburguesas sobre ella.

img_1586img_1611img_1615Tomar una porción de arroz en las manos y presionar hasta formar una especie de croqueta.

img_1592Colocarlas sobre la misma placa y condimentar con sal y, si le agrada, con un poco de pimienta. Llevar a horno fuerte hasta que el arroz se dore y las hamburguesas queden crocantes por fuera (por dentro permanecerán tiernas).

img_1625Retirar y servir con el chimichurri y una ensalada de su preferencia. La mía fue una de escarola ancha, tomates cherry y hojitas de orégano fresco. La firmeza de la escarola añade textura y un rasgo fresco al conjunto. Bon Appétit!

img_1668Para el chimichurri:
Mezclar el orégano fresco picado con el perejil, la cebollita de verdeo, la cáscara rallada de limón, la sal, pimienta y el jugo de limón. Revolver y verter de a poco el aceite sin dejar de batir hasta homogeneizar. Servir el chimichurri sobre las hamburguesas y llevarlo a la mesa para que cada quien lo aproveche a gusto.

img_1680Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Arroz integral con leche de coco

Arroz integral con leche de coco

 Letras | Cocina

img_1368El arroz con leche es un postre simple, ingenuo, no llega con trompetas ni pide aplausos al retirarse, dulcemente tranquilo; a muchos les recuerda la infancia y hay quienes, fanáticos, se iluminan con cada bocado. A mí me llegó de adulta el acercamiento con este postre, mi mamá no era de las madres que lo preparaban con frecuencia. En casa el postre rey sigue siendo una torta y, si no es lo suficientemente húmeda o no lleva relleno de dulce de leche, entonces torta y algo más, para acompañar, para mojarla: duraznos en almíbar, ensalada de frutas, alguna crema hecha de leche y vainilla, o de leche y chocolate, es decir, como se dará cuenta, el arroz con leche no es una meta que como niños nos hubiera interesado demasiado, éramos más bien de los postres peso muerto, los que reclaman fanfarrias y se van haciendo alarde de haber eliminado enteramente el apetito y la buena digestión del comensal.

Cocinándolo para una persona entusiasta de las que se iluminan al comerlo, probé diferentes versiones de este postre, dignas todas de repetirse la porción, ninguna reprobada. El arroz cocido con leche es tan versátil que de él encontraremos tanto preparaciones saladas como dulces. Los indios lo comen con especias, muchas, como en el sur, Kerala –famosa por su masiva producción de coco– y servido con pasas de uva, castañas de cajú y cebollas fritas. En la gastronomía tailandesa el arroz es el alimento básico y acompaña sea un curry de vegetales, de pollo o camarones como rodajas de mango fresco para convertirse en uno de los postres más clásicos del país.

img_1367En Latinoamérica, los conquistadores españoles introdujeron el arroz hacia el año 1500 y, a su vez, España y el resto de Europa y Oriente, lo habían recibido en el 700 D.C. con la dominación árabe. Cada cultura añadió a su tiempo su carácter particular; en España, por nombrar algunas, el arroz con leche al estilo asturiano se espolvorea de azúcar y canela en polvo y se plancha o quema con un hierro. En Perú suele servirse con mazamorra morada, un concentrado de maíz morado cocido con harina de camote (fécula), piña, canela, clavo, membrillo y frutos secos como las guindas y guindones, entre otros ingredientes.

img_1433Una opción saludable a este postre que utiliza arroz blanco, leche de vaca y azúcar es la versión que les presento hecha con arroz integral, leche de coco y azúcar orgánico. En su forma integral, el arroz contiene aún las propiedades de las cuales será despojado en el proceso de su refinamiento; la leche de coco como alternativa a la leche animal, nos previene de consumir la lactosa, el azúcar de la leche de los mamíferos que el ser humano no puede digerir; y al escoger un azúcar orgánico, evitamos la exposición a los pesticidas y agroquímicos empleados en los campos convencionales, además de aprovechar las vitaminas y minerales presentes en la planta.

En una próxima entrada veremos cómo realizar la leche de coco casera. Por ahora nos valemos de aquella que conseguimos en el mercado en envase de lata o en botella de vidrio. Como bien advirtió una lectora, esta leche posee conservantes que podrían ser perjudiciales para nuestra salud, a quien agradezco la advertencia y le respondo que su consumo esporádico en un postre nos habilita a tomarnos el tiempo de la preparación de la leche de coco para relajarnos o realizar cualquier actividad pendiente. No obstante, si la tomásemos con regularidad, aconsejo, por supuesto, el uso de la leche de coco casera.

img_1427Si usted es como mi madre, amante de postres más sólidos, hallará éste un poco escaso. No lo juzgue todavía. Prepárelo. Los ingredientes se consiguen en todas las dietéticas a un costo justo. No busque pretextos. Saludable, sencillo y conveniente. Para comer y convidar sin culpa.

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Arroz integral con leche de coco

Ingredientes: (para 4 porciones)
200 grs. de arroz integral yamaní
600 ml de agua
200 grs. de azúcar orgánico
400 ml de leche de coco ralladura o finas tiras de cáscara de 2 naranjas
coco rallado o en escamas c/n

Encontrará dos clases de arroz yamaní en las dietéticas, uno más refinado que el otro. Elija, para esta ocasión, el más refinado, para que el postre luzca un color más parejo y los comensales no descarten los granos oscuros y sospechosos (aquellos con la cascarita claramente visible) en el fondo del plato o en sus bordes… Para cualquier otra receta, prefiera el más integral.

arroz-yamaniarroz-yamaniiiEl agregado de ralladura de cáscara de naranja le confiere un tono ácido al sabor dulce de este postre, que combina a la perfección con la cremosidad de la leche de coco.

Preparación:
Lavar bien el arroz y descartar el agua. Agregar el agua limpia y dejar en remojo durante toda la noche (o el mayor tiempo del que disponga), esto facilitará la cocción del arroz integral que es mucho más firme que el arroz blanco.

img_1180Por la mañana llevar a fuego fuerte hasta que hierva y luego bajar a mínimo, cocinar hasta que el arroz esté tierno y el agua se haya casi completamente evaporado. En este link encontrará las instrucciones para cocinar el arroz integral, pues ya las hemos señalado con anterioridad.

img_1208Cuando el agua se haya reducido verter la leche de coco y el azúcar orgánico.

img_1150Revolver y seguir cocinando hasta que la preparación comience a espesar. Con el agregado de azúcar es posible que la mezcla tienda a pegarse en el fondo, por ello es necesario revolver frecuentemente.

img_1220Apagar el fuego y retirar. Extraer con un acanalador tiritas finas de la piel de las naranjas o bien rallarlas. Reservar una pequeña cantidad para decorar. Incorporar al arroz y mezclar. Dejar enfriar y luego llevar a heladera hasta el momento de servir.

img_1245Tostar el coco rallado o en escamas en una sartén o al horno a fuego muy bajo durante unos minutos moviéndolo constantemente para que no se queme. Disponerlo en un plato individual para que cada quien se sirva a gusto.

img_1402img_1419img_1467Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Y a k i m e s h i 焼き飯 Arroz japonés

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Letras | Cocina

dsc01826Hace tiempo, en un encuentro de trabajo, conocí a Chizuko, una mujer japonesa y especialmente exquisita como sólo en ese país pueden serlo. Habla poco inglés, nada de español o italiano, y lo que en circunstancias similares se convertiría en un problema de comunicación entre dos personas, con Chizuko se resuelve en su sonrisa, abierta aunque discreta, amable, ofrecedora de paz.

dsc01809Al año siguiente, coincidimos en una cena. La mesa estaba ocupada por italianos y argentinos que hablábamos italiano, argentino y por supuesto inglés, para intentar hacer partícipe a Chizuko de la conversación de todos. Inútil. Total, como dije, entiende poco y nada. A la hora del postre, consecuencia del vino, del cansancio o del tedio, comenzamos a decir y a enseñarnos unos a otros palabras de las que se tildan “malas”, aquellas que, por lo general, recordamos con mayor facilidad de cualquier lengua que no nos pertenezca. Italianos y argentinos, nacidos en culturas ambas abundantes, jugamos sin reprimirnos. Cuando fue la propia Chizuko quien debió pronunciar su “mala palabra” se mostró incapaz y se encogió de cuerpo y espíritu. Me conmovió su pudor. Le tomé las manos para acompañarle la timidez un rato, y cuando finalmente logró decir una, nada suculento como esperábamos, la repetimos igual, vivamente, como niños, antes que se debilitara su sonrisa. Entonces nos enseñó 名刺名 (meishi) que significa “tarjeta personal”.

Quién sabe si nos veremos de nuevo… Recordándola, cociné este arroz con verduras, el “yakimeshi”. Una costumbre oriental conveniente para reutilizar el arroz que no hemos comido en la semana, demanda muy poco empeño, es saludable y rico. Un plato a la medida de Chizuko: simple y cordial, justo y alegre. El “yakimeshi” es una comida sencilla en Japón, que rara vez se halla en el menú de los restaurantes. Es, más bien, una comida casera.

dsc01833En Japón se come arroz blanco, cocido con nada más que agua y sin ningún condimento, para acompañar otros platos que tienen sabores fuertes. Cocinan a diario este arroz y, llegado el fin de semana, hay bastante como para hacer “yakimeshi” (además de otros ingredientes que no se han consumido en la semana).

Mi propuesta se basa en el arroz integral, pues en su integralidad natural el arroz contiene la fibra, las proteínas, la tiamina, el calcio, el magnesio y el potasio de los cuales será despojado en el proceso de su refinamiento. Lo mismo sucede con el resto de los cereales. Es insustituible el valor nutricional de aquellos integrales respecto a los procesados. Como siempre digo, usted elige.

dsc01803En honor a la delicada Chizuko, a su sonrisa, a su entrañable timidez…

Yakimeshi de verdura

Ingredientes:
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de salsa de soja
1 cucharada de jengibre picado fresco
1 huevo
1 cebolla pequeña
2 tazas de arroz integral cocido ***
1 taza de calabaza picada
2/3 taza de zanahoria picada
½ taza de arvejas cocidas
sal marina c/n (moderada, pues la salsa de soja es muy salada)
cebollita de verdeo c/n
sésamo negro c/n

dsc01770Preparación:
Picar finamente el jengibre. Cortar la cebolla, la calabaza y la zanahoria en brunoise. Calentar 1 cucharada del aceite de oliva de preferencia en un wok o, en su defecto, en una sartén. Batir el huevo y cocinarlo rápidamente revolviendo siempre para que se desarme. Retirar y reservar en un plato.

Agregar y calentar el aceite restante, añadir el jengibre y los vegetales picados. Cocinar a fuego moderado, mezclando con frecuencia hasta que las verduras estén al dente.

Agregar el arroz cocido, las arvejas, condimentar con sal marina a gusto y mezclar todos los ingredientes. Incorporar por último la salsa de soja y el huevo.

dsc01796Terminar con un chorrito de aceite de oliva para darle brillo. Mezclar nuevamente y servir. Decorar con cebollita de verdeo y unas semillas de sésamo negro.

dsc01817*** Si no tiene arroz integral cocido en casa o no lo ha cocinado en otras ocasiones, aquí las instrucciones para hacerlo:

1 taza de arroz integral
2 tazas de agua
1 pizca de sal marina

Idealmente poner el arroz en remojo (si se saltara este paso, cocinar luego unos minutos más). Llevarlo a llama fuerte, sin tapa, hasta que hierva. Agregar la sal, bajar el fuego y tapar. Colocar debajo de la cacerola un difusor de calor. Dejar cocinar a fuego mínimo durante 45 minutos o hasta que el agua se evapore. Apagar el fuego y dejar reposar sin revolver 10 minutos.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)